12 Diciembre de 2023 10:49
Luego de que recuperaran los cuerpos de Raúl Espir, Sergio Berardo e Ignacio Javier Lucero los tres andinistas argentinos fallecidos en el Cerro Marmolejo, y que fueran trasladados hasta la comuna de San José de Maipo, ubicada a 55 kilómetros al sur de Santiago, el Servicio Médico Legal Chileno reveló que los montañistas perdieron la vida a causa de una hipotermia accidental. Sin ir más lejos, la autopsia detalló que las víctimas quedaron congeladas en tan solo 11 minutos por las condiciones climáticas.
Vale destacar que en ese lugar la temperatura oscila entre los -10ºC y los -15ºC. La hipotermia accidental ocurre cuando la pérdida de temperatura corporal supera la capacidad de producción de calor. Esta se da cuando el cuerpo se encuentra en unos 35ºC, es decir, dos grados menos de la temperatura considerada normal en el cuerpo humano. Los primeros síntomas de la hipotermia accidental son escalofríos, disminución del ritmo cardíaco y de la respiración.
El doctor César Cortés, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universidad de Chile, señaló que esto se produce porque el cuerpo busca "generar calor, capacidad que cuando desciende la temperatura corporal se pierde". Cuando la temperatura baja, la persona comienza a perder capacidad cerebral y vascular. Así, se ve impedido de mover sus extremidades, hablar o recordar. Luego, su piel toma un color azul y los procesos metabólicos celulares se detienen.
Los andinistas habían desaparecido el 29 de noviembre en el Cerro Marmolejo y, después de una intensa búsqueda, se confirmó su fallecimiento el 4 de diciembre. La autopsia estaba prevista para el miércoles pasado, pero se demoró por el estado de congelamiento de los restos de Espir, Berardo y Lucero. Fue recién el sábado cuando pudieron analizar los cuerpos. Las condiciones climáticas no solo fueron el causante de la muerte de los montañistas, sino que también impidieron su rápido rescate: el operativo de recuperación a contrarreloj duró 7 horas. El mismo estuvo a cargo del personal de Socorro Andino, de Senapred y del Grupo de Operaciones Policiales de Chile.
La última vez que los desaparecidos dieron señales de vida fue el miércoles 29 de noviembre, cuando según su GPS se encontraban a 5.800 metros sobre el nivel del mar. A partir de ese momento, la pesadilla comenzó y la búsqueda para encontrarlos con vida se intensificó. La expedición incluía dos montañistas chilenos que descendieron antes, no hicieron el ascenso a la cumbre, y llegaron ese mismo miércoles. Como los argentinos no regresaban, hicieron la denuncia por extravío de personas.
A partir de ahí, intervino la fiscalía de departamental y comenzaron las tareas de búsqueda. Espir era intendente de la localidad pampeana de General San Martín de Juntos por el Cambio; Berardo se desempeñaba como escribano de La Pampa y Lucero trabajaba como guía profesional en Mendoza. La experiencia en el rubro estaba comprobada en el grupo, salvo por el escribano, que al momento de la excursión sólo contaba con seis excursiones de este tipo.