29 Junio de 2021 16:13
Por estas horas, la historia de Paola Flores recorre las redes sociales y conmueve a propios y extraños por igual. La mujer tenía 46 años y había logrado quedar embarazada, luego de someterse a varios tratamientos de fertilización asistida. Sin embargo, durante el sexto mes de embarazo, contrajo coronavirus y su estado de salud fue empeorando con el correr de los días hasta el punto de tener que dar a luz de forma prematura a los bebés.
Si bien los pequeños se encuentran bien, Paola falleció 10 días después del parto sin haber podido conocer a los hijos por los que tanto luchó durante los últimos años. Todo ocurrió el 22 de julio en el Hospital Español de Godoy Cruz, Mendoza: su salud se fue deteriorando tras contraer COVID-19 debido a que muchas de las drogas que se utilizan para ese tipo de tratamientos in vitro son trombóticas.
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A causa de la enfermedad, la mujer sufrió una insuficiencia respiratoria progresiva que le provocó una falla orgánica múltiple. Diez días antes, sus mellizos, una nena y un varón, habían nacido de forma prematura y continúan internados en el área de neonatología de ese hospital en buen estado de salud. Actualmente, son visitados a diario por su padre y su abuela materna.Según detalló su entorno, Paola comenzó a transitar la enfermad sin ningún tipo de sobresalto hasta que empezó a saturar menos oxígeno en sangre y tuvo que ser trasladada a terapia intensiva. Debido a su delicado estado, aceptó someterse a una cesárea luego de que los médicos corroboraran la salud de los bebés. los cuales a pensar nacieron fueron derivados a terapia intensiva infantil y luego a neonatología.
Desde ese momento, son alimentados a través de una sonda con leche materna proveniente del banco de leche del hospital. De acuerdo con el hospital, Paola ingresó el 2 de junio con un un edema y urticaria. El día 6, empezó con apnea y se le realizó una tomografía que arrojó como resultado una neumonía bilateral. Fue entonces que el lunes 7 de junio fue sometida a un testeo que terminó dándole positivo de COVID-19.
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A partir de ahí, los médicos comenzaron a darle una medicación para que maduraran los pulmones de los bebés y así poder someterla a una cesárea de urgencia. Fue el 11 de junio, cuando la madre comenzó con una saturación de oxígeno en sangre de 88 por lo que le colocaron una cánula de alto flujo. Al día siguiente, aumentó la insuficiencia respiratoria y se tomó la decisión de acelerar el parto.
Paola trabajaba como bioquímica en el principal hospital materno de la provincia cuyana, el hospital Luis Lagomaggiore. A pesar de ello, no estaba vacunada. A partir de su caso, las autoridades del centro de salud pusieron en práctica un nuevo protocolo para que los familiares también puedan conocer a los bebés con hisopados previos. Mientras tanto, los mellizos mejoran y los médicos esperan que puedan recibir el alta en un mes.