Supongamos que una persona tiene una nariz prominente, ojos grandes o hasta una oreja más arriba. Seguramente podrá caminar por la calle sin recibir ningún tipo de agresión. En el caso de las personas gordas la situación es muy diferente.
El insulto combinado con la palabra gordo o gorda es frecuente. Los odiadores de gordos existen y con su violencia constante logran que esa persona se mire como lo miran. Como si estuviera en falta, como si hiciera algo malo.
Algunas de las ilustraciones de @Artemapache.
En las redes sociales comenzó a circular una campaña que insiste con la leyenda "GordX no es un insulto". La misión es insistir debido a que hace tiempo se habla del tema pero el cambio está pendiente. Pese a los distintos avances sociales, la imagen y los cánones de belleza establecidos no dejan en libertad las formas, medidas y curvas de hombre y mujeres.
La consigna de AnyBody Argentina.
La agrupación AnyBody Argentina lleva ocho años combatiendo la "epidemia" del odio corporal agitando conciencias y sumó en su adhesión el siguiente mensaje: "¡Ser gordx no tiene nada de malo! Por eso utilizar la palabra como un insulto es algo que debemos cambiar y ya. Prestemos atención a nuestra forma de hablar, que influye en cómo los demás se sienten representadxs".
Ser gordx no es malo.
Sobre esto mismo, Samanta Alonso, voluntaria de dicha institución y cofundadora de Plus Dolls Agency -agencia de modelos de talles intermedios y grandes- escribió al respecto. "'Estás gorda'. ¿Por qué el 'estar más flaca' lo festejamos y el 'estás más gorda' lo ocultamos? Dejemos de glorificar cuerpos esbeltos y glorifiquemos la diversidad corporal. Ser gordx no está mal. Sólo es un adjetivo calificativo. Nuestra grasa no tiene que ser un medio para burlarse".
Sol Caballero interpreta a Marta. "Le hicieron creer que su cuerpo la limita".
También desde el arte se aborda la problemática. En la cartelera del teatro Chacarerean la obra teatral "Colapsadas" -escrita por Mary Buttini y dirigida por Sandra Guida- cuenta con un personaje llamado Marta. Con humor algo aniñado e inocente repasa lo que tanto padecen los que portan un cuerpo que es juzgado por los otros y, como sucede en muchos casos, logra que el dueño de éste crea en la opinión ajena.
"La obra es de humor y cuenta la historia de una mujer que a punto de casarse se encierra en el baño de hombres de una sacristía junto a sus tres damas de honor. Todas ahondan en una trama vincular sobre cómo la mirada, la crítica de los demás afectan a nuestras decisiones de vida", explica Sol Caballero, la actriz que interpreta el personaje y cuenta: "A Marta la convencieron durante toda su vida que su imagen y su cuerpo la limita para cumplir sus sueños y su historia refleja la de muchos". Mirá el video.
"La crítica de los demás afectan a nuestras decisiones de vida", sostiene Caballero.
La actriz admite que más allá del personaje también investigó en lo que siente, lo que vive con su cuerpo y la forma que indica la sociedad sobre cómo deberíamos lucir. "En medio de la construcción entendí al personaje y me entendí a mí misma y yo también en el pasado y en el presente a veces miro mi cuerpo como lo mira el otro", expresó.
La obra se presenta todos los jueves a las 21 horas en el teatro Chacarerean, ubicado en Nicaragua 5565.
"Encontrar la belleza única, más allá del envase es su reflexión", es la frase con la que concluye. En su discurso cita a la Señorita Bimbo, quien también se suma a reflexionar sobre el tema.
"Salís a la calle y te gritan “gorda”, volvés a tu casa y tus papás te dicen que hagas dieta, te querés comprar ropa y no te entra: morite. Básicamente, es un sistema para que dejes de existir, te olvides de tu cuerpo porque no hay qué ponerle y depresión", repasó en su historia en el programa Muy Muscari.
"Encontrar la belleza única, más allá del envase es su reflexión", afirma Sol Caballero.
En su relato la que confiesa que le llevó tiempo mirarse con amor. "Trabajé mucho para no tratarme como trata el mundo a los cuerpos gordos. Aprendí a mirarme con amor (...) No podés vivir odiándote. Y estoy muy conectada con el aquí y ahora y amo como soy", remarcó.
Todas las voces coinciden. La opresión que sufren, el rechazo y los relatos sobre las sensaciones y experiencias que viven son el recordatorio de la sociedad gordofóbica. Y por eso es necesario insistir con el mensaje: GordX no es un insulto.