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Sexo con verduras, vegasexualismo y eco-sexuals: qué son y cómo se practica

Los que lo ponen en práctica encuentran a la naturaleza sensual y atractiva. Mirá de qué se trata.

08 Octubre de 2018 10:45
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Hasta hace unos días se habló mucho sobre el poliamor. Se dijo mucho, pero se entendió poco. Sin meternos en ese tema, queda claro que cada uno goza como quiere y la variedad de disparadores de placer es más infinta de lo que imaginamos.

Por ejemplo, un pepino, una zanahoria o una berenjena a modo de juguetes sexuales pueden ser una idea clásica dentro del imaginario pornográfico popular. Lo mismo ocurre con las frutas, como por ejemplo un racimo de uvas o frutillas, que se consumen dentro de un contexto erótico como parte de la seducción. Pero lo que comienza como una fantasía, puede convertirse en el comienzo de un estilo de vinculación sexual. 

Eco-sexualidad, una modalidad de gozar con la naturaleza.

A solas o con una pareja, la atracción hacia lo natural -incluidos árboles, plantas y flores- se conoce como dendrofilia. Si bien específicamente es una parafilia sexual que describe la atracción sexual hacia los árboles y las plantas, también incluye los vegetales y frutos.

Hay distintos tipos y se los conoce de varias maneras. De la excitación más primitiva y esencial al ver objetos similares a los genitales humanos, se suman otros hábitos como la masturbación con frutas, penetración y en un nivel más extremo, se puede frotar el cuerpo contra los troncos de los árboles. 

Lamer flores, frotarse con los árboles y sentir la tierra son algunas de las prácticas.

¿De dónde surge esta preferencia? Esa pregunta tiene múltiples respuestas. El proceso de la elección es singular. Puede ser que el disparador sea el hecho de realizar el acto sexual en un entorno natural. En sí, esta atracción refleja la conexión con el mundo vegetal. Incluso, el uso de las flores con fines eróticos no es tan extraño. En la mayoría de las escenas románticas de una película, o hasta en el imaginario romántico, aparecen pétalos de rosas o jazmines. 

Entre algunos de los artículos que se pueden encontrar en la Web sobre el tema, algunos usuarios se animaron a probar y encontraron en estas prácticas un nuevo horizonte. "Frotar mis genitales contra las hojas de los árboles es algo que no tiene comparación, simplemente es una conexión con la naturaleza que no puedo describir", afirma Oscar, un joven que habló con la BBC sobre el tema.

"Frotar mis genitales contra las hojas de los árboles es algo que no tiene comparación"

"Muchos nos juzgan de locos", el testimonio de un ecosexual.

También asegura que encontrarse desnudo frente a un árbol y abrazarlo mientras se masturba le provoca una experiencia sublime. "Sé que muchos no lo entienden y nos juzgan de locos, pero no queremos que nos entiendan, queremos que nos dejen ser y nos dejen tranquilos", sumó.

 

LOS EXTREMOS DE LA PRÁCTICA

Combinada a otras filosofías que no sólo abarcan la vida sexual, este tipo de elecciones pueden ser puestas en práctica por veganos, lo que instalaría también otro término, el vegasexualismo.

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"No puedo pensar en besar labios que dejan que entren en su boca animales muertos"; "No me gustaría intimar con alguien cuyo cuerpo está hecho a partir de cuerpos de otros que han muerto para su sustento"; son algunos de los argumentos de los participantes de un estudio de la Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda, en el año 2006. Sus investigadoras neozelandesas Annie Potts y Mandala White lo definieron como "vegasexualismo". 

En sí, el veganismo es la práctica que rechaza la utilización y consumo de todos los productos y servicios de origen animal. Incluso, al momento de mantener relaciones sexuales.

ECO SEXUALIDAD

Hace dos años, en Australia se inició un movimiento que propone hacerle el amor a la tierra para relacionarnos de otra manera con la naturaleza. Se los denomina ecosexualidad o sexo ecológico. Es parecido a lo anterior pero representa el hecho de mantener relaciones sexuales no necesariamente con los genitales.

Los que lo ponen en práctica explican que se emplean los cinco sentidos en plena naturaleza y la Tierra se convertiría parte de los involucrados en el acto sexual. 

El movimiento ecosexual está relacionado con la conexión con el planeta y quienes pregonan esta acción proponen que sea considerada sensual y atractiva la naturaleza de hacer el amor a la Tierra. Pero también corresponde a causas políticas. Es una herramienta utilizada por activistas de distintas partes del mundo para ocupar parques y jardines urbanos en búsqueda de preservarlos o hacer un reclamo sobre ellos. 

A simple vista, cuesta entender como una práctica sexual ver a una persona frotándose contra un árbol o bien lamer flores. De todas maneras, el cerebro es el órgano sexual más grande y con imaginación y capacidad de inmersión cada uno aumenta su placer o lo disfruta como guste. A gozar.