La Real Academia Española publicó, con una primera tirada de 10 mil ejemplares, el primer Libro de estilo de la lengua española según la norma panhispánica. El proyecto empezó en 2001 con el objetivo de servir a "una mejor manera de escribir y hablar". Pero, como suele ocurrir, la polémica no se hizo esperar. Uno de los elementos que causó comentarios en redes es que esta publicación reafirma el rechazo del lenguaje inclusivo en términos como "todxs", todes" y "tod@s".
El libro no incluye lenguaje inclusivo.
Según explicaron, consideran innecesarias las variables que se desarrollaron en Hispanoamérica para incluir el género masculino y femenino en su formulación. "Todos y todas", "todes", "todxs" o "tod@s" son construcciones que la Real Academia rechaza debido a que el género masculino de las palabras, "por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos".
De todas maneras, la RAE aclaró que el libro plantea usos, no impone ni pontifica, sino que recomienda y alerta de imprecisiones, pero sin dogmatismos.
A pesar de la posición institucional, el lenguaje inclusivo gana más espacio en distintos ámbitos públicos. También en cuestiones artísticas. Por ejemplo, la cadena televisiva Fox Premium estrenó en octubre la serie "Pose", pionera en tener subtítulos con lenguaje inclusivo, tanto en castellano como en portugués. "Les chiques" se lee, por ejemplo, en las letritas blancas que acompañan los diálogos de sus personajes.
También la campaña gráfica de la Ciudad de Buenos Aires usó la "x" en sus carteles: "Todxs tenemos derecho a información, educación y atención gratuita de nuestra salud sexual", decía uno de ellos. Entonces, Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, sostuvo: "Tal vez la Real Academia Española se enoje un poco, y alguno tal vez nos acuse de que estamos destruyendo el idioma, en este contexto nos parece muy importante porque estamos hablándoles a los jóvenes".
TAMBIÉN SE METIÓ CON WHATSAPP
La coordinación del ejemplar estuvo a cargo por Víctor García de la Concha, director honorario de la RAE. Quienes lo pudieron leer confirman que no sólo aborda cuestiones gramaticales u ortográficas, sino que también está centrado en aspectos como el lenguaje en el entorno digital, en el que incluyen los memes y los emoticonos en el WhatsApp, entre otros.
El libro, que curiosamente no tiene versión digital por ahora, explica que si bien no se recomienda, en Whatsapp se puede prescindir de los signos de pregunta o exclamación al comienzo de una frase. A su vez, confirman que las abreviaturas no representan un problema, y se ve como algo bueno corregir los errores con un asterisco. Por ejemplo, si en un chat escribimos "boy a vomitar”, no viene mal poner "*voy” para que el interlocutor sepa que estamos conscientes del error.
Los emojis van con un punto final.
La lista de consejos sigue: también recomiendan respetar la gramática y la ortografía, incluso cuando se trata de memes y emojis, porque a veces ocurre que la integración de las imágenes y palabras con memes y etiquetas puede llevar a problemas de comprensión.
En el caso de los emojis, lo ideal es sumar la cantidad justa para no incomodar al receptor del mensaje y terminar con un punto y en caso de utilizar varios en un mismo mensajes, no hace falta sumar comas entre cada ícono. Es obvio ésta última aclaración pero por algo la realizarán.
Por otro lado, remarcan que hay que evitar el excesivo uso de onomatopeyas, una herencia del mundo del cómic (¡paf!, zzzzzz), y siempre tener en mente la correcta acentuación de las palabras.
El libro tiene también un glosario donde se incluyen palabras como "yutubero”, que sería la forma adecuada de escribir "youtuber”, o "guasap”, para whatsapp.
La RAE destacó que el objetivo de este libro es llegar al gran público y no está dedicado a un ámbito más formal. Además, quiere dar respuesta a las dudas de los usuarios. La Academia asegura que recibe más de 60 millones de consultas anuales en sus páginas web, y en el libro compilaron las más recurrentes.