21 Abril de 2025 11:07

La vida de Jorge Bergoglio, antes de dedicarse a la religión católica, fue como la de cualquier adolescente del barrio porteño de Flores. Entre quienes lo recuerdan y que reconocieron haber tenido relación con él se encuentra Amalia Damonte, su noviecita de la infancia cuando ambos tenían entre 12 y 13 años. Fue a ella a quien le prometió una casa y un matrimonio, aunque el rechazo de su padre fue fundamental para que no se constituyan como pareja.

"Si no me caso con vos, me hago cura", le habría prometido el Papa Francisco cuando recién entraba en la adolescencia. Antes le había enviado una carta con una casa dibujada. Blanca y con techo rojo, como de tejas. "Yo te voy a comprar una casita así blanca para que vivamos los dos", fue el compromiso que Bergoglio escribió en una carta que, derivó en un rotundo rechazo tras ser descubierta por el papá de Amalia.
"La cartita esa fue única, la que me dio", recordó Damonte, quien también lamentó lo que vino después, ya que le "costó una buena paliza" de su padre. "Me dijo: 'Si no nos casamos me hago cura'. Y cumplió", señaló la mujer con una risas cómplice. El testimonio lo brindó ante la prensa en la calle Membrillar al 500, a los pocos días de que Bergoglio asuma el rol de santo padre de la Iglesia Católica.

"Una maravilla. Un chico correcto. Siempre muy amigo", fueron algunas de las palabras que dejó la mujer en aquella oportunidad, en un testimonio al cual Francisco también recordó con mucho cariño. "La mamá... la mamá era una Virgen María", rememoró en su momento Amalia, quien nunca perdió contacto con él, aunque lo vio muy pocas veces desde su adolescencia."Por mis tías sabía que se había ordenado jesuita, cómo era su vida", explicó Damonte ante la prensa. "Cuando murió mi abuela le hizo una gran misa en la San José de Flores. Y estuve ahí de que me casara él. Porque estuvo hasta julio y yo me casé en diciembre. Si él hubiera estado, me casaba él", detalló al respecto.

"Era grande, maduro, una maravilla de muchacho. Jugábamos en las aceras o en los parques de la zona, bailábamos. Era algo muy lindo. Éramos muy humildes, amábamos a los pobres. En eso éramos almas gemelas", sostuvo sobre la memoria de quién era Bergoglio cuando caminaban juntos por el barrio que los vio nacer.