Más
Actualidad

Silvina Luna y la oscura trama que desnudó su caso: agujeros legales y estafas médicas

Las acusaciones contra el Dr. Lotocki expusieron una realidad de miles de víctimas de mala praxis.

08 Julio de 2023 08:00
1688745696175

El durísimo momento de salud que atraviesa Silvina Luna, internada en la terapia intensiva del Hospital Italiano desde el 13 de junio, desnudó una realidad de abusos de poder, mala praxis y protección política, judicial y hasta periodística para con profesionales de la salud como el Dr. Aníbal Lotocki, procesado por el homicidio del empresario Cristian Zárate en abril de 2021 y condenado a cuatro años de prisión por haberle causado lesiones graves a muchas mujeres del medio como la ex Gran Hermano, Gabriela Trenchi, Stefanía Xipolitakis y Pamela Sosa, su ex pareja.

Con su inhabilitación al caer, luego de que sus terribles acciones médicas se hicieran públicas a partir de la bola de nieve que significó el caso de Luna y todas las víctimas que a partir de ella confesaron la gravedad de los cuadros que atraviesan, Lotocki está contra las cuerdas. Insolvente ante la ley, con nada a su nombre, pero con decenas de juicios laborales en su contra, el falso cirujano plástico perdió mucho del apoyo que tenía en las sombras y que evitaba que le quiten su licencia.

"Como Lotocki hay miles en todo el mundo", detalló Beatriz Verger ante BigBang, una de sus pacientes que debió ir hasta Colombia para operarse y retirarse toda la silicona líquida que le inyectó el condenado. La frase es muy precisa. Es que si bien en cada país es diferente, tanto Brasil, como Estados Unidos, México y Colombia, ya consideran de importancia pública a las problemáticas derivadas del mal uso de adyuvantes y materiales tóxicos.

"Ella pelea con todas sus fuerzas": Silvina Luna se encuentra "lúcida, sin respirador y estable"

Colombia en particular aprobó en marzo de este año la Ley 358 de 2022, para penalizar el mal uso de este tipo de adyuvantes. En ese país los casos también generaron una preocupación masiva de la población, y la consciencia correspondiente de la gravedad de estas intervenciones creció mucho a partir de casos de personas famosas como la actriz Lina Tejeiro.

Lo mismo sucede en la Argentina a partir del caso de Luna. Aunque no existe proyecto para prohibir este tipo de intervenciones en el Congreso Nacional. La razón no es solamente la falta de voluntad política, sino que ya están prohibidas según el marco legal local.

"Ya hace muchos años que se dejaron de usar los biopolímeros. Lo que se usa ahora es el ácido hialurónico, que es un material que no tiene microesferas y por lo tanto es reabsorbible por el cuerpo humano. Luego de determinados meses, generalmente un año y medio o dos, desaparece todo el material, es reabsorbido por el cuerpo y el paciente tiene la posibilidad de volver a inyectarse o no. No le queda ninguna secuela", explicó ante BigBang la abogada Nuria Drendak, defensora de Trenchi ante Lotocki.

Ella fue la que demostró, a partir del testimonio de la Dra. Adriana Ponti, la única autorizada a distribuir de forma local el Metacrilic Facial Implant, la sustancia hecha en Brasil aprobada por el ANMAT. "La doctora nos explicó que haciendo un seguimiento de la cantidad de lo que compró Lotocki de jeringas, seguramente hubiera podido realizar un glúteo y él operó en lo menos al menos a cientos de personas", reveló la letrada.

Amenazas, mala praxis y estafas: el estremecedor relato de Noelia, una nueva víctima de Lotocki

A partir del caso de Xipolitakis, la Justicia llegó a la conclusión que el material que usaba Lotocki era Subitón. "Es un material que usan los odontólogos en ortodoncia para reconstruir el hueso. Utilizaba ese polvo, lo mandaba a esterilizar, conforme nos contó Sosa, que fue pareja de él y vio todo este procedimiento durante años, y luego lo mezclaba con silicona, porque necesitaba un conductor para poder inyectarlo", explicó Drendak.

La abogada aseguró que si bien el ANMAT autoriza el Metacrilic Facial Implant, "aclara no solo el lugar del cuerpo donde está permitido de colocación, sino también las dosis. Dice que deben ser muy escasas y de manera subdérmica, pero nunca intramuscular". "Lo que hace el Lotocki es decir: 'Bueno, está permitido en glúteos'. No señor, está permitido en un pozo de celulitis de manera subdérmica, no intramuscular", cuestionó.

Lo cierto es que el mal accionar de Lotocki y la gravísima situación de Luna logró que muchos de los profesionales de la salud de la Argentina se pongan a estudiar los procedimientos para poder extirpar este tipo de materiales tóxicos del cuerpo de las víctimas. Si bien todavía no es algo masivo, el Dr. Sergio Ariel Rossaroli (M.N. 84.042), especialista en cirugía plástica, estética y reparadora, y miembro titular de la SACPER (Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora) es el primero en atender estas problemáticas en el país, y de una forma muy particular.

"Los otros médicos dicen que no hay que tocar los implantes si no se rompieron, no hay que sacarlo, que es justamente todo lo contrario. Mientras que si no se remueve el agente agresor, sigue dañando al organismo", explicó ante BigBang Rossaroli. "Yo en la evaluación médica, en el examen físico, me doy cuenta palpando qué es, pero tengo la obligación de pedir una resonancia nuclear magnética de la zona sin contraste para poder verificar dónde se encuentra el producto, si hay migración, si está encapsulado y en el estado en que se encuentra", indicó respecto a este tipo de intervenciones.

"¿Va a hacer un libro de las muertes?": Trenchi liquidó a Ventura y pidió la detención de Lotocki

Recientemente, el médico operó al periodista Mariano Caprarola de La Jaula de la Moda, quien directamente le agradeció por salvarle la vida en sus redes sociales. El especialista en alta costura también fue intervenido por el Dr. Lotocki con sustancias tóxicas.

La sabiduría natural del cuerpo humano, cuando encuentra este tipo de materiales, lo calcifica y lo encapsula, para intentar expulsarlo. Es por eso que estos procedimientos se permiten de forma subdérmica y nunca intramuscular. "Entonces aumenta el calcio en la sangre, provocando de esta manera un aumento tan exagerado que daña el riñón", explicó Rossaroli. "Aparte de endurecer todo el sistema arterial, es como que la arteria pierde flexibilidad porque ese calcio se deposita también en la parte interna de la arteria que se llama íntima. Entonces trae las consecuencias o cardiovasculares o neurológicas en base a dónde se esté depositando", agregó.

Rossaroli estimó que en el mundo ascienden hasta 2 millones de personas las que tienen problemas médicos a partir de los adyuvantes. Y si bien se mostró a favor de una legislación que los prohíba en la Argentina, pero después "el que tenga la intención de seguir haciendo eso mismo, va a seguir engañando al paciente", porque "es muy difícil de probar el tipo de sustancia colocada". 

"Mientras tiene eso en el organismo, es lo mismo que tener un veneno. Hay pacientes que hacen sintomatología local y hay pacientes que no la hacen, pero que el daño es progresivo, eso lo va a hacer siempre. Generalmente el producto, una vez colocado, que el paciente va, le gusta como le quedan los glúteos y demás, generalmente el producto empieza a hacer este daño en el organismo entre el octavo, el décimo, el duodécimo año de colocado", explicó el cirujano plástico. "Entonces debe ser retirado, porque más allá de todas esas molestias locales", añadió

"Tenía un olor a podrido bárbaro": la bronca de Beatriz Verger, otra víctima de Lotocki

El principal mal de este tipo de sustancias tóxicas en el cuerpo se manifiesta a partir del Síndrome de Asia, "un síndrome autoinmune, inflamatorio, inducido por los adyuvantes, el polimetilmetacrilato, el biopolímero y la silicona líquida", que genera "un debilitamiento del sistema autoinmune que nos defiende de las bacterias, los virus, los parásitos, son las defensas de nuestro organismo".

En los hechos, produce dolores terribles en las personas que fueron sometidas a este tipo de intervenciones. "Aparte de estar tomando antibióticos continuamente para evitar las infecciones, que son muy frecuentes en este tipo de pacientes, desarrollan resistencia a los antibióticos. Entonces hay que darle uno de mayor espectro, y después se va acabando la lista", ejemplificó.

"Por eso lo importante, lo que tiene que llegar a la población es que el producto debe ser removido y se puede remover, no es que no se pueda remover. El que dice que no se puede remover es porque no sabe, no sabe la técnica, no se especializó, no se puso a investigar cómo se saca el producto", opinó Rossaroli. Además, cuando interviene a estas víctimas que fueron inyectadas en los glúteos, les realiza un lifting para que estéticamente quede bien, aunque sin materiales tóxicos.

El médico combina técnicas de operación abierta, que se hace en un 90 por ciento de los casos, y luego utiliza "una técnica parecida a la lipoaspiración cuando hay pequeñas cantidades en rodillas y en tobillos".

Mariano Caprarola contra Lotocki: "Si digo quién lo protege, aparezco en un zanjón"

"Si uno retira el 80% del producto, el paciente inmediatamente comienza a mejorar los niveles de calcemia, los niveles inflamantes, o sea, todo lo que te dice que tienes inflamado el cuerpo como en la proteína se reactiva empieza a bajar empieza a bajar el eritrosedimentación empieza a bajar todo lo que se relaciona con ese producto que hacía que todo ese laboratorio estuviera en un desfasaje", detalló el cirujano.

La banalización que cometen quienes defienden a profesionales de la salud como Lotocki, cuando buscan culpar a las víctimas por el sólo hecho de sentirse con más comodidad con su propio cuerpo, no tiene nada de inocente. "Yo no pedí esto", lamentó Verger, refiriéndose a los padecimientos que le dejó el procesado por haber obrado de mala fe en su cuerpo.

Las víctimas del falso cirujano plástico están en pie de guerra, y aparecen nuevas a diario. La belleza -ni la falta de- no es un delito. Sí lo es herir, matar y dejar a cientos de pacientes en una completa agonía. La Justicia lo tiene a Lotocki en la mira, pero nunca podrá hacerle pagar todo el mal que hizo.