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Sin prisión preventiva, pero con un embargo de $25 millones: la causa contra el joven de Buquebús

El hecho sucedió el pasado 19 de marzo, y por posibles contagios, 400 pasajeros debieron permanecer aislados.

27 Abril de 2020 19:18
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El joven de 21 años que el 19 de marzo pasado llegó al país desde Uruguay, a bordo de un barco de la empresa Buquebus con otros 400 pasajeros y síntomas de coronavirus, fue procesado este lunes sin prisión preventiva, mientras que además se le dispuso un embargo de $25 millones.

Según indicaron fuentes judiciales, el infractor es Luca Singerman, quien finalmente en las últimas horas fue procesado por el juez federal Luis Rodríguez como “autor penalmente responsable del delito de violación de medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la propagación de una epidemia”.

Los investigadores están convencidos de que Singerman abordó al barco en Colonia (Uruguay) “a sabiendas” de que había contraído coronavirus y omitió informarlo debidamente, por lo que puso en peligro a todos los pasajeros y la tripulación del buque.

El episodio implicó que debieran ponerse en estricta cuarentena a las más de 400 personas (entre pasajeros y tripulantes) que llegaron a la Argentina en aquel buque, lo que incluyó un aislamiento masivo en diferentes hoteles en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Según surge del expediente, el imputado está acusado de haber llenado una declaración jurada requerida por la Dirección Nacional de Fiscalización y Sanidad de Fronteras del Ministerio de Salud de la Nación en la que sostuvo que “no presentaba alguno de los síntomas que el propio instrumento describe” aunque él ya se había practicado un test de coronavirus, que había dado positivo, en el país vecino antes de emprender su regreso a la Argentina.

En su defensa, Singerman sostuvo que se enteró de que tenía Covid-19 “ya llegando a Buenos Aires”, cuando recibió un mensaje de whatsapp de parte de la clínica uruguaya a la cual había recurrido.

“Fue algo inesperado, sorpresivo, nunca imaginé o sospeché que podía estar enfermo con coronavirus. Siempre me sentí perfecto. Nunca tuve fiebre, me sentí débil o presenté algún debilitamiento”, sostuvo el imputado en una de sus presentaciones.

De la prueba obtenida hasta ahora, surge que la embarcación en la que Singerman llegó a la Argentina amarró en Buenos Aires el 19 de marzo a las 19.28, y que recién un minuto más tarde el joven recibió el mensaje que daba cuenta de que el test le había dado positivo, algo que no informó a las 19.40 cuando la autoridad sanitaria subió al buque, sino al menos 15 minutos después.

“Singerman, lejos de colaborar, demoró en informar lo que se anteponía a cualquier otra cuestión al tomar contacto con la autoridad sanitaria, ello más allá que de todos modos las funcionarias ni bien enteradas igualmente hubieran procedido a preguntarle cómo se sentía y si presentaba síntomas”, sostuvo el juez Rodríguez en el fallo.

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“La urgencia de ingresar a la Argentina es lo que se entiende, lo ha guiado en ese comportamiento, máxime cuando el cierre de las fronteras era a esa altura de los acontecimientos un hecho -incluso el viaje estaba catalogado como de repatriación-, pero resulta inaceptable que para cumplir su cometido ocultara su condición de infectado”, aseguró el magistrado.