En la Ciudad lo definen como el plan más ambicioso de vivienda de las últimas décadas. Prefieren no hablar de “urbanización” ni de "villas", sino de “integración socio urbana” y "nuevos barrios".
Avanzan en los asentamientos más grandes y riesgosos de la Capital Federal. Creen que impactará en unas 50 mil personas, entre quienes viven en asentamientos y complejos habitacionales.
Ya sea por viviendas nuevas o por reparación de las que habitan en el presente, en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) señalan que las tareas que llevan a cabo desde el año pasado beneficiarán a entre 35 y 40 mil personas. A eso, se deben sumar las obras en 22 complejos habitacionales de los 100 que existen en la Ciudad. Allí, prevén un impacto para entre 10 y 15 mil habitantes.
Desde el aire. Así se ve la Villa 31, en el barrio porteño de Retiro.
EN NÚMEROS
De cara a 2019, se construirán más de 3.700 viviendas nuevas. El plan del IVC abarca a la Villa 20 de Lugano, el barrio Lamadrid, el barrio Rodrigo Bueno, la Villa Fraga, en Chacarita, y el Camino de Sirga. En la Villa 31, las obras están a cargo de la Secretaría de Integración Social y Urbana. Allí ya se inauguraron algunas viviendas y se abrieron calles.
En la Villa 20 el plan es uno de los más ambiciosos. Allí, además de tareas de integración, se trabaja en un terreno vacío que supo ser eje de la polémica en 2014, cuando fue tomado y hasta bautizado bajo el nombre “Papa Francisco”. Sobre esas tierras que debieron ser saneadas, ya que se encontraban con altos niveles de contaminación, se construirán 1.700 viviendas nuevas.
En la Villa 20 habrá nuevas construcciones en un predio aledaño y refacciones en el asentamiento.
El titular del IVC, Juan Ignacio Maquieyra, explicó a BigBang que en esa zona, además, se harán obras de infraestructura y mejoras en las viviendas que ya existen. El plan apunta a que todos aquellos que hoy viven en el asentamiento cuenten con servicios de luz y cloacas cuando finalicen las obras. En la actualidad, ya están avanzadas las tareas en 552 viviendas.
En el asentamiento se llevó a cabo un censo, que determinó que viven 28.500 personas, unas 900 familias y alrededor de 4.600 viviendas precarias, de las cuales apenas un 4 % tiene electricidad, un 35 % cuenta con agua potable y sólo el 25 % tiene cloacas.
MÁS OBRAS, MENOS VILLAS
Un fallo de la Corte Suprema de 2008 le ordenó a la Ciudad mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Cuenca Matanza- Riachuelo. El objetivo del Gobierno porteño es relocalizar las familias que habitan en el Camino de Sirga y que según Maquieyra están “sobre el Riachuelo”.
Obras. Así se avanzó en las obras de la Villa 31, en el barrio de Retiro.
Allí habitan 1.837 familias, de acuerdo con la información oficial. El plan de la Ciudad apunta a relocalizar en nuevas viviendas a todas. Hasta ahora, se avanzó en 602 casas, y de cara a los próximos años se construirán las otras 1.294.
En la Villa 31 de Retiro, uno de los terrenos más codiciados por su alto valor fiscal, el plan comenzó meses atrás y parte de las obras ya fueron inauguradas por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Hasta ahora se finalizaron las obras en la manzana G1, donde se construyeron 53 viviendas y se abrieron calles.
Para eso, se recurrió a un crédito de 150 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo. Además de viviendas, el foco está puesto en dotar de infraestructura al barrio. Desde la Ciudad pretenden lograr una “integración” entre las villas y los barrios. Para eso, además de casas, se construirán escuelas y parques. De hecho, meses atrás BigBang anticipó que la actual traza de la autopista Illia, que será alterada, se transformará en una gran plaza.
En la 31, ya se finalizaron obras de mejoras en uno de los sectores del asentamiento.
VILLA FRAGA Y RODRIGO BUENO
La Villa Fraga, de Chacarita, hoy es habitada por 1.042 familias, en 513 viviendas precarias que ocupan nueve manzanas. Allí, el plan apunta a mejorar entre 300 y 400 que ya existen pero necesitan refacciones. Además, se construirán entre 600 y 700 viviendas nuevas. Serán edificios bajos, de planta baja y tres pisos, aunque en algunos casos podrían ser construcciones más altas, según detallaron.
Proyecto. Así serán las nuevas viviendas que se construirán en la Villa Fraga de Chacarita.
Las obras en la villa Rodrigo Bueno, ubicada en el margen de la Costanera Sur, a metros de Puerto Madero, comenzaron varios meses atrás. En la actualidad viven 996 familias -alrededor de 2.600 personas- que habitan 563 viviendas. El plan allí no sólo incluye la construcción de más de 300 nuevas viviendas: también se mejorarán más de 500 hogares ya existentes.
Así serán los nuevos edificios que reemplazarán a la villa Rodrigo Bueno, en Puerto Madero.
EL CASO LAMADRID
El barrio Lamadrid se encuentra ubicado en La Boca, y un sector se encuentra literalmente ubicado bajo la autopista Buenos Aires- La Plata. Allí, el plan del IVC apunta a relocalizar a aquellos que están en las condiciones más complejas. De acuerdo al censo realizado en 2012 en ese asentamiento, viven unas 1.217 personas, en 199 viviendas.
CÓMO SON LAS OBRAS
Sólo para este año, Maquieyra detalló que el presupuesto es de 4.600 millones de pesos, que provienen de fondos de la Ciudad y transferencias que realiza la Nación al Estado porteño. “Si se suman los proyectos que tenemos para integración sociourbana y mejoramiento en complejos habitacionales, son más de 50 mil personas beneficiadas”, remarcó el titular del IVC.
El titular del IVC, Juan Ignacio Maquieyra.
Otra de las claves es que una vez finalizadas las obras, todos los vecinos deberán pagar impuestos. Los beneficiarios de las obras deberán pagar por las viviendas. Desde el IVC aclararon que será por medio de créditos del Banco Ciudad con tasas blandas y extensos plazos. “No se les va a regalar nada”, explican.
Otro de los datos llamativos es que los vecinos que viven en asentamientos pueden negarse a ser relocalizados y que sus viviendas sean alteradas, siempre y cuando los planos no indiquen que en ese sector debe haber una calle, por ejemplo. Un grupo de arquitectos se ocupa de relevar todos los hogares para definir qué obras son necesarias y, a pesar de que un vecino se niegue, si determinan que existen riesgos estructurales avanzarán igual con las obras.