Más
Actualidad

Síndrome de Dios, reclusión y misterio invulnerable: viaje a la mente del Indio Solari

Vida enigmática, viajes a Estados Unidos, "enfermedad malvada" y "características divinas". Los secretos del hombre detrás del pogo más grande del mundo.

13 Marzo de 2017 09:50
1552080802464

“Una vez estábamos comiendo una milanesa y se puso a llorar porque por la ventana del bar había un montón de pibes mirándolo. Es como Salinger, odia a la gente. Pero vive en Nueva York”. El que habla es Enrique Symns, años atrás, durante una entrevista, describiendo a su ex amigo, el Indio Solari.

"Una vez estábamos comiendo una milanesa y se puso a llorar

Quienes lo siguen son fieles de una misa cuya religión es la música, el rock nacional. Vive encerrado en su casa de Parque Leloir, atormentado por los fanáticos. “No puedo salir, me rodean la casa, es un quilombo”, le dijo a Mario Pergolini en el documental Tsunami. Su vida es un misterio que sólo se hace público una vez por año.

 

En la lupa de un psiquiata

Para el psiquiatra Enrique De Rosa Alabaster, “cualquier persona que tenga este nivel de exposición y de contacto con la gente e idealización, deja de ser el mismo que era, empieza a ser un personaje”. “Cree que los límites no existen, que desaparecen”, agrega. No resulta llamativo. Los correos que se envía con algunos músicos tienen firmas más que llamativas: "Monje libertino en el Palacio Silente"; o "Mister". El Indio vive recluido en una especie de fortaleza, en Parque Leloir. Sus actos son un misterio que guarda bajo siete llaves.

El Indio, en una foto publicada en el perfil de Facebook Virumancia, que manejaría su mujer.

El mismo personaje que el sábado tocó ante unas 300 mil personas en un recital que terminó en tragedia comentó, con cierto orgullo, que para su público no existía el sold out. “Van igual, quieren entrar”. Tras el show del sábado se refugió en el hotel más lujoso de Olavarría. En su habitación recibió a la fiscal de la causa, Susana Alonso, quien le tomó declaración testimonial.

Sólo dio una conferencia de prensa. Curiosamente fue en Olavarría, 20 años atrás. Foto: Virumancia.

“Nunca se baja del escenario, para él no existen los límites, hace décadas le vienen diciendo que es un genio y un ídolo las 24 horas del día”, opina De Rosa en diálogo con BigBang. Para el psiquiatra, la actitud de Solari no es nueva. Sin embargo, sí cree que se agrava con el paso de los años.

"Nunca se baja del escenario, para él los límites no existen

Nada de lo ocurrido puede sorprender. Los shows del Indio son los más concurridos, probablemente del planeta. No por nada se ganó hasta el título del “pogo” más grande del mundo, durante la canción Jijiji. De Rosa habla de la imagen de un Dios, de los titanes y los semidioses. “Eran humanos, pero se hablaba de las características divinas”, analiza el perito psiquiátrico. Por eso, cree que el comportamiento de Solari es de un “único especial”. Podría decirse que el Indio padece del Síndrome de Dios.

“Él es una especie de representación de su propio disfraz. Le han dicho que está por encima del límite de los seres humanos”, comenta De Rosa. Para el psiquiatra, tendría que haber una catarata de denuncias para que el músico pueda “tener algún contacto con la realidad”. De hecho, cree que el dinero, su fortuna hecha en base a negocios millonarios por la producción de sus shows, tampoco es un dato menor.

"Es una especie de representación de su propio disfraz

“El dinero sostiene al personaje. En su construcción, la plata le permite sostener todo lo demás. Lo absurdo es que vende una imagen de supuesta marginalidad, pero es un millonario que vive más en Estados Unidos que acá”, sostiene el psiquiatra ante BigBang. Para De Rosa, existe una “estructura medio psicopatona de que no importa nada de lo que se le diga”.

Un océano de gente. Aseguran que hubo más de 300 mil personas.

Pero además, no le resta importancia a la enfermedad que padece, el Mal de Parkinson. Él mismo relató en su show de Tandil, un año atrás, que "Mr. Parkinson" le persigue los talones. "Puede tener muchas consecuencias, puede haber depresión y cuadros psicóticos", destaca De Rosa.  

La misa, al igual que su líder, parece no tener límites. La cifra escaló a números inimaginables, estiman de unas 300 mil personas, cuando el predio estaba habilitado para 155 mil. Un montaje muy curioso: el peor camino a la cueva del perico.