Graciela Collantes, como muchas otras que son parte de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH), sobrevivió a la explotación sexual, y gracias a que hace años logró escapar de ese sistema perverso, hoy mantiene en vilo una lucha que abre enormes debates y que genera posiciones muy encontradas.
En torno a la prostitución, en el mundo existen personas que están a favor de la regulación, mientras que otros consideran que hay que prohibirla. En Argentina, de hecho, el trabajo sexual no es ilegal, pero tampoco está amparado por ley. Como la situación es tan compleja, hay también un grupo de mujeres que, luego de haber sido forzadas, fundaron una asociación abolicionista que busca dejar en claro que la prostitución nunca puede ser un trabajo.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, reconocer sus derechos resulta de suma importancia, sobre todo porque en nuestro país el trabajo sexual se encuentra actualmente en una zona gris, ya que a pesar de que ocurre en la clandestinidad, pasa de todos modos. Por eso, BigBang se comunicó con Collantes, presidenta de AMADH, quien aclaró que desde la asociación no están en contra de quienes se reconocen como trabajadoras sexuales, aún a pesar de que consideran a la prostitución como una de las peores formas de violencia.
¿Cuál es la lucha que mantienen desde la asociación?
Hace años que venimos luchando por lo mismo, somos las primeras que nos organizamos para visibilizar lo que nos pasaba. Miramos para atrás y creemos que somos parte de la historia, nadie hablaba de la prostitución ni la trata. Nosotras nos consideramos sobrevivientes, y desde el año 2003 fundamos otra organización (se separaron de AMMAR, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), porque entendimos luego de un proceso, que no habíamos sido ingresadas en el sistema por voluntad propia. Y decimos también que somos sobrevivientes porque muchas quedaron en el camino.
Yo me considero feminista y abolicionista, siempre trabajé por los derechos. La lucha colectiva es la que vale, por eso vamos por todas las provincias diciendo que no naturalicemos la prostitución.
¿Qué busca el abolicionismo?
Busca que no se confunda la sociedad. Nunca fue prohibicionista. Con el abolicionismo conocimos que teníamos derechos, el mundo nos trataba de malas, la policía no hacía nada, era todo un sistema preparado para eso, y nos llevó años desnaturalizar estas prácticas.
La prostitución es violencia de género, no es un trabajo. Por eso nos separamos de AMMAR, porque pensamos que hay que exigirle al Estado y a la sociedad. Esto de decirle a las chicas jóvenes que el cuerpo es suyo y que deciden, no está bien, porque en la prostitución no decidís. La mujer está empoderada ahora, sabe sus derechos, la que quiera quedarse, la podemos entender, pero no lo quieran romantizar ni encaramerlo.
¿Qué pensás de las mujeres que dicen elegir la prostitución?
Lo veo como si fuera banalizar el tema, sin que les importen las consecuencias.Yo no entiendo como dicen que eligen la prostitución, cuando hay niñas que son secuestradas. Hay que hablar entonces con las madres que tienen hijas desaparecidas, para ver qué les pasa. Ellas (las que piensan que la prostitución es una opción laboral) niegan la trata, pero yo no niego que haya mujeres que se autodenominen trabajadoras.
Estamos en un momento donde las mujeres queremos avanzar por nuestros derechos, entonces por qué alguien va a querer la prostitución Entre otras cosas, nosotras nos preguntamos, por qué si a la persona que sufre violencia doméstica la queremos sacar de ahí, a la mujer que está en un prostíbulo la dejamos.
¿Qué pensás de la reglamentación de la prostitución?
Hay sectores que creen que reglamentando la prostitución, se acaba, y no es así. Los que mas defienden la postura reglamentarista son los hombres, porque les sacamos el poder que tienen en la billetera.
¿Qué haya dos posturas tan encontradas, genera problemas para su lucha?
Obviamente. Se desdibuja la lucha, porque parece que si no es una cosa, es la otra. Además, hacen acusaciones falsas sobre el abolicionismo, cuando en realidad está postura no se tratar de victimizarse ni de ser prohibicionista.
¿En qué trabajan ahora desde la asociación?
Desde el año pasado, en realidad desde hace más pero el año pasado explotó, tenemos un centro educativo en Once de travestis y mujeres trans, donde muchas entraron a un programa para volver al estudio. No tienen la menor idea de como le cambia a esa gente la vida. En un centro para terminar la primaria y donde se dan cursos de orientación laboral. Hoy hay mujeres que están muy mal, que tienen 60 años y están en la calle y nadie se preocupa. En las provincias hay tantas niñas prostituyéndose y se naturaliza.
Pasan y pasan los gobiernos y de la prostitución no se quiere hacer cargo nadie. Nosotras venimos presentando proyectos hace tiempo, la Ley de Trata surgió gracias a nuestro movimiento y a otras organizaciones y seguiremos así. Con nuestras denuncias salvamos un montón de pibas. Hemos aprendido en el camino, porque la mayoría sobrevivmos como pudimos.
¿Qué pretendés que se conmemore este 8 de marzo?
Quiero recordar nuestra lucha, porque hoy siento que banalizan las cosas. Hay un grupo que dice que la pasan bomba, no quieren reconocer la violencia, y la realidad que eso es un proceso, no la van a reconocer ahora. Por eso quiero pedir que abramos los ojos. En reconocimiento a nuestra lucha, vamos a resistir porque no se puede volver para atrás. Le estamos sacando poder al machismo.