por Jimena Báez
08 Noviembre de 2024 15:00La tanatología, palabra derivada del término griego thanatos (muerte) y logos (estudio), es una disciplina que se enfoca en el estudio de la muerte, los procesos de duelo y el acompañamiento al final de la vida. No se trata de una ciencia fría ni exclusivamente técnica; más bien, explora la compleja interacción entre aspectos psicológicos, espirituales, sociales y médicos en el proceso de morir, así como el impacto que ésto tiene en los seres queridos de la persona fallecida. Su objetivo no es evitar el dolor, sino brindar las herramientas necesarias para enfrentarlo de una forma sana y resiliente.
En este marco, BigBang dialogó con Cecilia Torres, especialista en educación para el duelo y tanatología: "Desde esta disciplina se intenta acompañar y ayudar a las personas que enfrentan la realidad de la muerte, así como a lidiar con el dolor y el sufrimiento asociados con la muerte de seres queridos. Los tanatólogos trabajamos con individuos y familias que están experimentando el duelo, ofreciendo apoyo emocional, acompañamiento y asesoramiento para facilitar el proceso de adaptación a la pérdida, entre otros", explicó al comienzo de la entrevista.
Según la profesional, la tanatología puede definirse etimológicamente como "la ciencia encargada de encontrar sentido al proceso de la muerte", aunque para muchas personas no sea fácil transitar el deceso de un ser querido, o muchas veces de uno mismo.
Un tanatólogo es un profesional capacitado para acompañar a personas que enfrentan la muerte de un ser querido o que están en el final de su vida. Su labor no solo se centra en el apoyo emocional y psicológico, sino que también incluye aspectos prácticos y espirituales según las creencias y necesidades de cada persona.
Además, ofrecen un espacio de contención donde los pacientes y sus familias pueden expresar sus miedos, preocupaciones y sentimientos de forma abierta, sin temor al juicio: "Asumir la muerte es asumir nuestra propia humanidad, pero de una manera que nos permita potenciar la vida, el tiempo y las posibilidades aún en las situaciones adversas", relató Torres y siguió: "No podemos obviar que tanto la muerte como el dolor han generado en las personas, conductas más bien evitativas de estos procesos y entonces... ¿Qué hacemos cuando nos toca? El objetivo es que las personas sean capaces de trabajar en sí mismas para contrarrestar los efectos de la cultura evitativa de la muerte, mediante una existencia cargada de sentido, optimismo y creatividad".
Si bien en Argentina, la tanatología aún no tiene bases sólidas, la entrevistada reflexionó la importancia de tomar cartas en el asunto y abrir espacios para atravesar la muerte. En este marco, la mujer contó su propia experiencia que la llevó a introducirse en esta práctica: " En mi caso personal, haber transitado la muerte de mi hijo Jero de dos años me permitió darme cuenta lo poco que estamos preparados para éstos momentos difíciles de transitar, la ausencia de herramientas, también reconocer lo poco que estamos preparados para relacionarnos con otros que están en duelo, generalmente no sabemos qué hacer, qué decir, o decimos frases hechas que generan un gran dolor en el doliente. Por ejemplo, decir: 'Ahora es un ángel, no sufre más'; 'si Dios te hace pasar por esto es porque estás preparado, sos joven' y otras tantas que no ayudan. Pero esto no es más que el resultado de no hablar de muerte y duelo", explicó y siguió: "Mi experiencia, fue impulso para capacitarme y formarme", concluyó.
Cecilia invita a tomar conciencia y sensatez a la hora de unirse al dolor de un otro: "Acompañar el dolor de otros requiere de responsabilidad", predica como lema en esta profesión. Desde esta perspectiva, la especialista rompió con ciertos mitos alrededor de la práctica: "Muchos piensan que la tanatología tiene que ver con estar pendiente de la muerte, y no, tiene que ver con estar conectado con la vida. No es hacer apología del dolor y de la muerte, es permitirnos crecer aún en situaciones adversas y de dolor."
Con respecto al proceso de duelo y a las etapas socialmente conocidas, la tanatóloga destacó que importante aclarar los siguientes puntos:
- Cada duelo es particular y es un proceso personal, como cada quien que lo transita. Es decir que no hay una receta para duelar.
- Si bien no hay una "forma correcta" de duelar, hay conductas que podrían llegar a ser de riesgo en el duelo.
Estos puntos pueden llevar a un riesgo de duelo prolongado, es decir, el duelo no resuelto puede derivar a un duelo complicado, donde los síntomas persisten y dificultan la vida cotidiana.
También se puede esperar dificultades para adaptarse al nuevo mundo sin el ser querido, perdiendo el sentido de la vida. Por otro lado, reconoció que el dolor suele impactar en la salud, ya que el estrés emocional asociado con el duelo prolongado puede contribuir a problemas de salud física y emocional. Otra conciencia en el proceso de sanación podría generar dificultad en la toma de decisiones tanto en la vida personal como en la laboral.
Cuando fue consultada por alguna experiencia que la haya marcado, Cecilia Torres explicó que "todas han sido y son realmente significativas". En este contexto decidió enviar un mensaje a los lectores: "Que tengan paciencia ante el dolor, que es normal sentirlo porque hubo amor, pero que es posible transformarlo en amor y que se puede crecer". Es así que aconsejó dos caminos posibles ante un duelo: "Crecer y vivir desde el amor, o vivir una vida sin vida. Considero que el desafío, en mi caso, es estar más que bien posicionada en mis creencias, muchas veces el doliente llega con un sufrimiento y un sinsentido importante y hay que contener y sostener ese sentir. Recuerdo una vez alguien me dijo: 'Te veo reír y no entiendo... ¿Cómo haces para reírte si tenés un hijo muerto?' No podría sostenerme o continuar si no estuviera bien posicionada y con el conocimiento que poseo. Estoy convencida de que hay una forma de vivir el duelo que no es sólo desde el sufrimiento, lo veo en muchas personas".
El duelo es un proceso natural que implica un dolor emocional profundo y, aunque cada persona lo experimenta de manera única, la tanatología ha identificado modelos que ayudan a comprender este proceso.
La tanatología, en resumen, nos invita a reflexionar sobre la relación con la muerte, entendiendo que enfrentar este tema con una perspectiva abierta y profesional puede tener un impacto positivo en la vida de uno mismo y en la de quienes lo rodean. Si bien el duelo es una experiencia profundamente dolorosa, la tanatología ofrece herramientas para atravesarlo de manera saludable, ayudando a recordar y honrar la vida de nuestros seres queridos y a encontrar en medio del dolor, una oportunidad para la paz y la resiliencia.