Ejercitarse físicamente siempre es una buena idea. Pero muchas personas, en el afán de conseguir buenos resultados, caen en comportamientos contraproducentes. Aquí, repasamos algunos.
El ejercicio siempre es bueno, pero bajo ciertas condiciones.
Ejercitar todos los días
Aunque los mejores resultados se consiguen con ejercicio regular, es absolutamente necesario brindarle al cuerpo el descanso necesario. No hacerlo puede traer una serie de efectos secundarios indeseados e incluso graves.
Los días de descanso son esenciales.
Así, ejercitarse de más puede derivar en fatiga extrema e incluso aumento de peso por la suba en los niveles de la hormona cortisol. También puede provocar insomnio, problemas digestivos y predisponer a cuadros depresivos.
Elongar de manera inadecuada
Antes de encarar una rutina de ejercicio, no bastan los estiramientos estáticos. Lo mejor es hacer un calentamiento activo y "guardar" los estiramientos para el final del ejercicio.
Hacer siempre el mismo tipo de ejercicio
La adicción extrema a una sola rutina no sólo deriva en falta de trabajo para los grupos musculares no involucrados, sino que puede aumentar el riesgo de lesión por sobrecarga.
Apegarse a un solo tipo de ejercicio puede ser perjudicial.
Así, es importante, por ejemplo, rotar máquinas con regularidad si se hace trabajo de aparatos o combinar el trabajo aeróbico -como correr o andar en bicicleta- con ejercicios localizados con peso.
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Ejercitar sin dormir lo suficiente
Quitar horas de sueño para levantarse temprano e ir al gimnasio nunca es una buena idea. La falta de sueño puede afectar la memoria, el manejo espacial y las defensas del organismo. Además, también suele producir hambre, interfiriendo con la meta de ponerse en forma.
Hidratarse incorrectamente
No sólo es importante beber agua cuando se encara el ejercicio, sino también la manera en la que se lo hace. No tiene sentido -e incluso puede ser nocivo- tomar litros de agua durante una rutina si durante el resto del día no hubo hidratación correcta.
El agua debe tomarse durante todo el día.
Así, lo ideal es beber agua durante todo el día (no sólo al momento de comer) y asegurarse la meta teniendo una botella cerca constantemente.