07 Marzo de 2019 09:30
Por primera vez en Argentina, un caso de "pornovenganza" está a punto de llegar a juicio. La víctima, Paula Sánchez Frega, sufrió la difusión de videos íntimos por parte de su ex pareja.
Paula Sánchez Frega sufre una serie de secuelas psicológicas.
El acusado, Patricio Pioli, es un tatuador que la joven oriunda de La Rioja conoció durante una visita a su local en el 2016. Luego de una relación de seis meses, se separaron a causa de los constantes celos de él.
Sin embargo, Pioli se negó a abandonar el departamento que ambos compartían y Sánchez Frega recién pudo echarlo meses después. "Te voy a hundir, te voy a destrozar la vida", amenazó él con un mensaje a través de redes sociales.
"Con mi consentimiento, él grababa nuestras relaciones íntimas. Yo no le preguntaba para qué, confiaba en él", relató la mujer en diálogo con Clarín.
Pioli traicionó esa confianza difundiendo las filmaciones en Internet. "Mi intimidad cruzó la frontera. Ahí fue que decidí denunciarlo y llevarlo a la Justicia", relató Sánchez Frega.
"No me resulta sencillo salir a la calle"
El tatuador fue detenido en 2017 y excarcelado una semana después. Se negó a declarar y luego lo hizo asegurando que le habían robado el celular y que había denunciado el hecho. Finalmente, cambió su relato y dijo que en realidad había perdido el aparato.
Patricio Pioli, el tatuador acusado.
Sánchez Frega, por su parte, aún afronta las secuelas de lo sucedido: sufre de ataques de pánico, depresión y estrés postraumático, y actualmente está bajo tratamiento psiquiátrico.
"Tengo insomnio, cuando me duermo me despierto con sobresaltos y no me resulta sencillo salir a la calle porque la mirada del otro siempre es acusadora", reveló.