El amor en los tiempos... de las redes sociales. El desembarco de las nuevas tecnologías y la obsesión por mantenerse siempre conectados están cambiando las formas y los códigos de las relaciones amorosas. Y, si conservar una relación relajada y sin “fantasmas” ahora es más difícil, peor es elaborar un duelo con armas de destrucción masivas instaladas en el celular.
A continuación, los peores cinco despechos 2.0.
LOS PERFILES FALSOS
Aunque gracias a las redes sociales hoy es más fácil conocer detalles de la vida de una ex pareja, hay quienes no se conforman con la información pública de los perfiles de Facebook o Instagram y quieren más. Para acceder a las fotos íntimas sin quedar escrachados, los enamorados obsesivos elaboran un complejo entramado de usuarios falsos. ¿Cómo evitar que alguien del pasado reingrese camuflado al timeline? Simple: no aceptar a personas desconocidas o que tengan menos de 10 amigos en la red social.
LOS HORARIOS DE WHATSAPP Y EL PELIGROSO: “¿ESTÁS?”
Mensajes descolgados: lo peor de la conexión 24 hs.
Otra forma de mantenerse atado a una relación pasada es seguir el minuto a minuto de la actividad de Whatsapp. El último horario de conexión, el cambio de estado y hasta el monitoreo de la foto puede ser considerado información jugosa en el proceso del duelo. Pero el control permanente y la ansiedad suele jugarle una mala pasada a los despechados digitales y ese es el momento en el que, por lo general de madrugada, se produce el envío del polémico mensaje: “¿Estás?”. Para resguardar la información, lo mejor es configurar la privacidad de la cuenta.?
DESGARRO CRÓNICO
Aunque el objetivo principal de las redes sociales es compartir contenido, el decálogo de los buenos usos y costumbres en la Web sugiere que es mejor guardar los sentimientos. En especial, si nos interesa retomar en algún momento la vida social. Ejemplo real: “No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas”.
MISERABLES MUSICALES
Aunque sobre gustos no hay nada escrito, algunos usuarios llegan a desgarradores extremos a la hora de elegir (y compartir) la musicalización de su duelo. Vuelve, de Ricky Martin, lidera el conteo de los temas que es mejor guardar para el playlist privado. Para los que ya superaron el estadio inicial e ingresaron en el de la ira, Cacho Castaña sumó la canción Si te agarro con otro te mato. ¿Y la más obsesiva? Every breath you take, de The Police. Lugares comunes para todos y todas.
FAVEADORES Y LIKEADORES SERIALES
La genialidad discursiva en 140 caracteres es algo alcanzable, pero no en cada mensaje publicado en la red social del pajarito. Cuando el duelo todavía no llegó al punto máximo del despecho, algunos usuarios suelen experimentar un proceso de idealización de sus ex. Y, así, cualquier mensaje es candidato para recibir “favs” y, cuando no, “Rts”. La misma dinámica se establece en Facebook y aplica tanto para fotos y estados personales.