La alarma se despertó dos semanas atrás, con el caso de un conductor que para huir de un control de alcoholemia terminó atropellando y arrastrando a uno de los agentes de tránsito en la localidad bonaerense de Vicente López. Se trata de una triste tendencia que en el último tiempo se repitió en varias ocasiones en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires.
El episodio llamativo se repite en otros municipios y ciudades de la Provincia.
El último caso se conoció el 9 de septiembre, cuando dos agentes de tránsito pararon al conductor de un Volkswagen Bora para realizarle un control de alcoholemia en Vicente López. El hombre, lejos de frenar, avanza y arrastra a uno de los efectivos sobre el capot del vehículo.
Uno de los policías trató de frenarlo, pero no lo logró. Luego, se desató una persecución con el objetivo de asistir al agente que había sido víctima del conductor que tenía 1,5 gramos de alcohol en sangre, cuando el máximo permitido para conductores particulares es 0,5.
Pero la situación registrada más de dos semanas atrás no es nueva. En 2012, el conductor de un Volkswagen Gol protagonizó una situación similar. Se negó a realizarse el test y en la huida arrastró a dos policías. Ese episodio ocurrió en la localidad bonaerense de San Miguel.
En aquella oportunidad también hubo una persecución para dar con el conductor, que tras ser alcanzado y luego de realizarle el test para conocer si se encontraba en estado de ebriedad detectaron que había consumido más alcohol del permitido. El conductor tenía apenas 20 años.
Otro de los casos ocurrió en agosto de 2015, en el partido de Quilmes, en un control de rutina que se llevaba a cabo en Brown y Garibaldi un sábado por la noche. El conductor quiso evitar ser interceptado por el test y terminó atropellando a dos agentes de la policía y a un funcionario municipal.
El conductor embistió a unos diez vehículos intentando zafar del control, en una huida que se prolongó por más de 400 metros. Un subcomisario terminó con una fractura expuesta en la pierna y una luxación en el hombro. Quien manejaba, de apellido Domínguez, fue detenido e imputado por “tentativa de homicidio”.
En enero de este año ocurrió un hecho similar, aunque el vehículo que chocó a los efectivos policiales era una motocicleta. Fue en la ciudad de La Plata, en medio de una persecución. “No quisieron parar en un control de rutina”, explicaron en aquel entonces. Se trataba de una Honda Titán azul, y golpeó de lleno a los oficiales Javier García y Walter Escudero, quienes terminaron internados en el Hospital Italiano con diversas lesiones.
Otro de los casos ocurrió en la ciudad de Mar del Plata, cuando un hombre de 41 años atropelló a dos policías que intentaban realizarle un control de alcoholemia en el barrio Pompeya. Fue en junio pasado, cuando se trasladaba en un Renault 12 junto a su hija de seis años. Quedó detenido tras arrollar a dos efectivos de la Policía Bonaerense. Tras una persecución de 800 metros lograron detenerlo. Los agentes no resultaron con heridas de gravedad.
También en Mar del Plata, pero con un saldo trágico, en junio de 2015 un joven de 22 años mató a un policía tras huir de un control.
El análisis de sangre de Lucas Carnero reveló que tenía 1,44 gramos de alcohol en sangre. La víctima fue el subteniente Fabián Mendiola, y la causa fue caratulada como “homicidio simple con dolo eventual”.