04 Mayo de 2016 16:03
Años de estudio de la psicología y la neurología intentando devanar el comportamiento de la psiquis humana y las emociones, se echan por la borda al comprobar que con el uso del jugo de un limón se puede desentrañar parte de la personalidad humana.
Sólo se necesita jugo de limón concentrado y un hisopo, con un trozo de hilo atado en su centro, para poder hacer una "evaluación casera de la personalidad", asegura el site de BBC Mundo.
El jugo concentrado de limón es el componente principal del test de personalidad.
La prueba consiste en colocar un extremo del hisopo en la lengua por aproximadamente 20 segundos. Luego de deben colocar unas gotas de jugo de limón concentrado en la lengua, para luego tragarlo. Una vez concluido ese proceso se debe dar vuelta el hisopo y colocar el otro extremo en la lengua por otros 20 minutos.
Al sacar el extremo del hisopo de la boca, se debe colgar éste por el hilo. El secreto es ver si cuelga en posición horizontal, o si el extremo usado después del jugo de limón cuelga más bajo porque es más pesado.
En base a ello se puede decir que:
si el juego de limón provocó que un extremo sea más pesado, debido a que el mismo provocó salivar más de lo normal, eso concluye en se trata de una persona introvertida.
Si el hisopo queda horizontal, el diagnóstico es que se trata de una persona extrovertida, ya que la persona no reaccionó al limón.
Investigaciones Alternativas
Hans Eysenck y su esposa Sybil Eysenck en 1960 buscaron investigar la excitación cortical a través de la utilización de equipos de pesaje, para medir la cantidad de saliva absorbida por un algodón antes y después que las personas estuvieron expuestas al jugo de limón.
Basados en que la personalidad tiene una base fisiológica y que los introvertidos tienen una mayor excitación cortical basal, por lo que reaccionan con más fuerza a la estimulación del jugo de limón, el pesaje de la saliva daría con el diagnóstico preciso.
Según la medicina, existe suficientes evidencias que demuestran que los introvertidos tienden a responder con más fuerza a los ruidos fuertes y otros estímulos sensoriales. Pero lo que no existe es la certeza de que esas personalidades tienen mayores niveles basales de excitación en general.
La reacción salival al limón mide el grado de introversión.
Más acá en el tiempo, en 2014, la investigadora Florencia Hagenmuller buscó determinar la empatía de los individuos a través de la utilización del jugo de limón.
Así se le indicó a un grupo de voluntarios que pusieran tres pequeños pedazos de algodón en la boca y luego ver dos videos de un minuto: En el primero de ellos se le ofrece a un hombre cortar y comer un limón, en el otro el mismo hombre toma las bolas de colores de un contenedor y las pone en una mesa.
Luego de ser pesados los algodones, la investigación determinó que los participantes salivaban más al ver que el hombre comiendo limón que en el segundo video. A eso se lo denomina Resonancia Autonómica, y es lo mismo que sucede cuando uno ve bostezar a alguien e inmediatamente repite ese reflejo, lo que determina una empatía con esa persona.