La nueva temporada de The Crown, estrenada este domingo en Netflix, se focaliza en la vida de la reina Elizabeth II y la familia real inglesa durante fines de los '70 y principios de los '80. Así, obviamente, uno de los temas a tratar es la guerra de Malvinas.

Para la serie, Lybster Harbour, un puerto de Escocia, fue utilizado como set para representar a Puerto Leith, en las islas Georgias del Sur.

Fue el desembarco del comerciante Constantino Davidoff en el buque argentino ARA Bahía Buen Suceso en ese puerto el hecho que terminó desencadenando el conflicto bélico.

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En la serie, la guerra no sólo sirve para poner el foco sobre la primera ministra Margaret Thatcher (encarnada por Gillian Anderson) sino también en cómo la reina Elizabeth -rechazando el consejo del gobierno para que se le asignara un trabajo de oficina-  quiso que su hijo menor Andrew participara en la guerra.

Más allá de esto, el tratamiento de la serie sobre la guerra de Malvinas está lejos de ser minucioso, al igual que sucedió con otros eventos históricos que tuvieron su momento en temporadas anteriores.

La posición oficial

Si bien en la serie la reina parece no del todo conforme con la intervención bélica de Inglaterra en las Malvinas, no hay razón para pensar que esto fue así, mucho menos sabiendo que las encuestas de la época expresaban que ocho de cada 10 británicos estaba de acuerdo con la guerra. 

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Tal como dicta el protocolo, la monarca no debe inmiscuirse abiertamente en asuntos diplomáticos, por lo cual raramente habló en público sobre el conflicto. 

Sin embargo, en una visita del presidente norteamericano Ronald Reagan al castillo de Windsor, dejó en claro su posición durante el banquete de Estado. 

Así, Elizabeth II expresó que en Malvinas Inglaterra apoyaba "la causa de la libertad" y subrayó que la guerra fue impulsada hacia el país "por pura agresión". Además manifestó su "orgullo por la manera en que nuestros hombres están sirviendo a su país".