29 Julio de 2019 15:24
Thiago Lapp tiene 13 años, y hace algunos días viajó, acompañado de su padre, a la ciudad de Nueva York para competir en el Mundial de Fortnite. Aunque tenía esperanzas de obtener un buen resultado, nunca se imaginó que iba a terminar quinto en la categoría individual, y que además iba a ganar un premio de 900 mil dólares.
El chico llegó a Estados Unidos el pasado 23 de julio, y compitió contra el resto de los jugadores en el Fortnite World Cup el fin de semana pasado. Antes de comenzar el torneo, le preguntó a sus seguidores si en las próximas horas podría hacer historia, y sus fanáticos le aseguraron que con su increíble talento nada podía salir mal.
Tenia razon, era hoy
- 9z KING (@k1nGOD) July 28, 2019Como Lapp tiene la edad mínima necesaria para poder participar de la competencia, el sábado se presentó en el estadio Arthur Ashe bajo el apodo de "k1nG" (rey en inglés), y por su buen desempeño, pasó a la siguiente etapa. El domingo consiguió el quinto lugar en la categoría individual y ganó un premio de 900 mil dólares.
Para destacar todavía más su desempeño, fue el mejor jugador no estadounidense en la tabla de clasificación, y ganó además otros 50 mil dólares en la final de la modalidad dúo, donde quedó en el puesto 39 junto con su compañero Tadeo “Xown” Timmerman. Durante la competencia, el chico consiguió matar a Turner “Tfue” Tenney, el jugador más popular de Fortnite actualmente.
Por su parte, el campeón del gran torneo individual fue Kyle “Bugha” Giersdorf, cuya victoria hizo que se ganara $3 millones de dólares. Giersdorf, oriundo del este de los Estados Unidos, consiguió el primer puesto con una amplia diferencia, ya que consiguió casi el doble de puntos que el jugador que terminó en segundo lugar.
Lapp nació y vive en Tigre con su padre y sus cinco hermanos, y desde el año pasado forma parte del equipo 9z, compuesto por los mejores jugadores de la Argentina. Aunque a la mañana va al colegio y por la tarde realiza algunas actividades extracurriculares, lo cierto es que le dedica ocho horas por día al juego para practicar y entrenar.
Según le confirmó el adolescente al diario La Nación, su prioridad es siempre la escuela, y una vez que termina de hacer sus deberes cada día, recién ahí puede sentarse en su computadora para comenzar las distintas partidas. Su padre es miembro de la Policía Federal Argentina, y fue quien lo acompañó hasta Nueva York. Al terminar el torneo, se hizo público un video de ambos muy emocionados mientras se abrazaban después de que se conociera el resultado.
"Es una locura lo que nos haces sentir, no sabés lo orgulloso que nos ponés. Con tan solo 13 años cumplís tu sueño y no sabés lo que me alegro", escribió por su parte en Facebook el hermano del chico, Agustín Lapp.