"This is Sparta!". La frase que en la película 300 el actor Gerard Butler, en la piel del rey Leónidas, suelta cuando patea al emisario persa, siempre quedó en el recuerdo de la gente como una demostración de lo áspera y dura que era la sociedad espartana y su estado belicista constante, que hasta impedía que se respeten los protocolos diplomáticas de la época.
Si bien en esta versión criolla nadie fue lanzado a un pozo, la pelea "mano a mano" que se viralizó en un furgón del tren San Martín demostró lo duro y difícil que muchas veces puede ser trasladarse de vuelta a los barrios del conurbano bonaerense. Si bien nadie pareció fuertemente herido ni se tuvieron que lamentar daños irremontables, lo único que le faltó a la escena fue que uno de los pasajeros grite: "¡This is el San Martín!".
Cabe destacar cómo la actualidad hiperconectada en la que vive la población fue fundamental para que este hecho quede registrado. Decenas de teléfonos celulares filmaron lo ocurrido el jueves por la tarde para después mostrárselo a sus amigos o viralizarlo por redes sociales, y así poder graficarle al universo las cosas que suceden en el ferrocarril que une las estaciones de Retiro con José C. Paz y Pilar.
El viral muestra cómo uno de los contendientes apuró la situación y se sacó la remera hasta quedar en cuero. Flaco y fibroso, este hombre pidió que hagan lugar y corran algunas de las bicicletas que colgaban a su alrededor y que impedían una libre movilidad. Así fue que algunos de los presentes se hicieron a un costado y dejaron un pequeño pulmón de tres metros cuadrados para que se peleen.
El otro contrincante, no se sacó su ropa. Aunque luego de algunos golpes cruzados, sí dejó su campera a un costado y quedó solamente con una camiseta del Inter de Milán, como para que los espectadores de ese equipo tengan por quien votar. Si bien la mayoría de las palabras fueron inentendibles, porque se trataba de gritos que impulsaban la violencia, otros sí se hicieron oír.
"Bájenlo, bájenlo", pidió una señora, quien al no recibir respuesta agregó: "Bajalo a ese hijo de puta". Esto se intensificó cuando se salieron de los límites establecidos para pelear y se fueron más hacia el lado de los pasajeros que no estaban en el furgón. Allí directamente algunos de ellos se metieron en la situación para golpear al que todavía estaba vestido, como un castigo por haber atacado sin intención a gente corriente que no tenía nada que ver.
En términos pugilísticos no se vio una gran velada, más que alguna mano bien colocada por parte del fanático del calcio italiano, quien sí acertó puñetazos en la cara de su rival, aunque lanzando menos golpes. Una estadística contemplada en el box a la ahora de analizar un posible ganador de un combate.
"Así se viaja en el tren San Martín", fue la conclusión prematura que lanzó uno de los pasajeros. "Ya fue, muchachos", se escuchó unos segundos después. Era la campana que había sonado. Los "segundos" que estaban afuera terminaron siendo los otros pasajeros que intervinieron con el fin de que no haya más rounds y la situación finalice allí.