Aquellos que hayan tenido que atravesar un difícil problema de salud en la Argentina saben, mejor que nadie, que muchas veces las obras sociales y prepagas resultan injustas. En ocasiones, la burocracia y el evitar perder dinero es mucho más importante que la salud de sus pacientes, y de forma incomprensible, niegan tratamientos y coberturas a quienes lo necesitan.
Este es el caso de Nadia Olivera, una joven de 33 años que padece de cáncer y a quien la prepaga Medifé le está negando la autorización de dos inyecciones que son fundamentales para mejorar su calidad de vida. "Ayer a la mañana recibí un mail de Medife diciéndome que aún no me autorizaban la aplicación porque debía ciertas cosas. Me pedían estudios, que mi médico avalara porqué seguía el tratamiento, y me pidieron cosas del tratamiento anterior, y hasta planillas con datos actualizados que no me corresponden a mí, sino a la clínica", explicó en diálogo con BigBang.
En el 2019 a Nadia le detectaron cáncer de mama, y tras haberse sometido a una mastectomía, comenzó un tratamiento de más de 20 sesiones de rayos, y le hicieron 7 ciclos de quimio. Aunque la cosa parecía andar bien, este año se hizo sus estudios habituales, y los médicos descubrieron que tenía metástasis en los huesos.
Leer más | La Sociedad Argentina de Pediatría explicó los beneficios de la vacunación en niños y adolescentes
"Todo ese tratamiento lo terminó, y siguió tomando un medicamento hormonal, que por 10 años debe tomarlo. Este año, se hizo un nuevo estudio y salió que le apareció el cáncer en otro lugar, y empezó un tratamiento en el que le dan quimioterapia pero con pastillas, esas se las provee la obra social, y además una vez por mes le dan una inyección en los ovarios que la llevan a la menopausia para que no produzca las hormonas de las cuales se alimenta el cáncer. Y le dan por vena, una cosa que es para fortificar los huesos, toda la parte inyectable no se la quieren dar", comentó su mujer, Sol Arriaga.
El problema ahora es que Medifé se niega a brindarle este mes ambas inyecciones, lo que no solo atrasa el tratamiento de la paciente, sino que también empeora su calidad de vida. Lo que le reclaman desde la empresa de salud es que presente ciertos estudios, algunos que ni siquiera se hizo porque el oncólogo que sigue el tratamiento en el centro oncólogico Fleischer le indicó que debe hacerlo después de terminar el ciclo de inyecciones. Lo cierto es que esta no es la primera vez que le ocurre algo así. Hace unos meses pasó por la misma situación y demoraron en autorizar los medicamentos.
"Yo les comuniqué que ya me hice algunos de los estudios. El domingo me hice una tomografía, y el electro y los estudios de sangre aún no los tenía porque debo ir a buscarlos porque tardan 15 días. La chica me responde que va a dejar todo asentado, pero que la decisión iba a depender de la junta médica porque ellos estaban pidiendo estudios hacían mucho tiempo. Yo les respondí que esta es la segunda vez que me atrasan la medicación, y que así atraso también mi tratamiento. Ella me dijo que me entendía, pero que dependía de la junta médica si tenía ganas de autorizarme o no, porque yo debía cosas", aclaró Nadia.
Leer más | Alerta por la peste porcina africana: cómo afecta a los humanos y los posibles peligros
Finalmente, el tratamiento no fue aprobado por la junta médica de la prepaga, y eso es lo que la paciente reclama, ya que paga cada mes $10800 por el servicio. Lo que le indican cada vez que llama, en comunicaciones que dejan mucho que desear por parte de la empresa, es que adeuda estudios, a pesar de que el médico especialista ya les explicó que estos análisis hay que hacerlos al terminar el ciclo de quimios.
"Después, como para rematar, me llegó un mensaje que decía que yo tenía un saldo deudor de 3800 pesos, de los cuales les pregunte el por qué, y me respondieron que yo pagué 100 pesos menos en julio y que de eso se hizo hasta acá casi 4.000 pesos. Le dije que no tenía todo el dinero junto, pero pregunté si podía hacer un plan de cuotas para no tener problemas. Yo pago todos los meses la obra social. Me dijo que lo pagara con tarjeta de crédito y que sino tenía que tener el dinero en efectivo. Le pedí que me pasara con otro sector para averiguar, y me dijeron que no me iban a pasar con nadie porque el plan de pagos es con tarjeta de crédito. Les dije que me tuvieran más empatía, y me dijeron que si no tenía para pagar, que el mes que viene entrara a la página web y me fijara si no me cancelaron el servicio por el saldo deudor", contó Nadia muy afligida.
Además de tener que exponer su cuerpo a tratamientos sumamente invasivos, Nadia también debe luchar para que se respete lo indicado por su médico y para que la prepaga cumpla en tiempo y forma, mientras su vida corre riesgo. "No les importa nada cuando uno los llama y les cuenta las cosas, te deliran, te piden cosas viejas que uno ya mandó. Nadia está muy nerviosa. Es desesperante y sentís que no les importa nada porque además no hay con quién hablar", cerró Sol, también muy triste.