06 Junio de 2018 14:09
Muchas personas suelen ser acusadas de tímidas por sus allegados, debido a que en diferentes ocasiones prefieren estar solos antes que en compañía de otros, o quizás, directamente suelen pensar mucho y decir muy poco.
A raíz de esto, algunos piensan que sus familiares a veces actúan extraño porque son tímidos, pero la realidad es que casi siempre se suele confundir la timidez con una personalidad introvertida.
Muchas veces se presta a confusión las personalidades tímidas e introvertidas.
Según indican las enseñanzas del psiquiatra suizo Carl Jung, una persona introvertida "obtiene energía de las ideas, imágenes y recuerdos que están en su mundo interior". Por esto mismo, a veces pueden parecer reservados y reflexivos, debido a que suelen disfrutar de hacer cosas solos, sin necesitar de la compañía de otros.
En diálogo con la BBC, Jenn Granneman, autora del libro "La vida secreta de los introvertidos", explicó que la introversión es "la preferencia por ambientes tranquilos, mínimamente estimulantes", ya que los cerebros de los introvertidos no están "cableados para obtener la recompensa que reciben los extrovertidos al interactuar con la gente".
Aquellos que son introvertidos lo hacen por elección.
Incluso, para ellos las situaciones sociales o entornos altamente estimulantes pueden resultar agotadores, y muy por el contrario, "las interacciones en las que hay espacio para reflexionar pueden ser placenteras para ellos".
Además, la escritora y psicóloga también aclara que no es que los introvertidos sean asociales, sino que en realidad "valoran las relaciones profundas y significativas".
Por el contrario, la timidez "es el miedo a que la gente nos juzgue negativamente" en cualquier situación social, lo que provoca que se sientan angustiados e incómodos en sus apariciones sociales.
Los tímidos suelen pasarla mal en apariciones sociales.
"La timidez está enraizada en el miedo, mientras que la introversión es simplemente una preferencia, y no implica intrínsecamente nerviosismo o ansiedad", aclaró Granneman.
Finalmente, la psicóloga sostuvo que la confusión se genera porque aunque los tímidos y los introvertidos eviten la interacción social, ambos lo hacen por diferentes motivos. A los primeros les causa angustia, y los segundos prefieren evitarlo porque eso puede agotarlos.
"La introversión no es una enfermedad que necesita ser curada. Es algo con lo que nace una persona", cerró.