Desde muy chico, Daniel Adler buscó su propio camino. Vivió en varios lugares del mundo y se formó en múltiples áreas laborales. Con esa experiencia, en 2001 se instaló en Ecuador, fundó una empresa de Seguridad y tuvo mucho éxito. Por eso fue por más y se especializó en Educación Financiera. Ahí encontró su verdadera pasión.
Dirigió varias empresas industriales y comerciales. Hasta que regresó a Argentina y se metió de lleno en la Educación Financiera, enfocada en los sectores más excluidos de la población. Así comenzó a trabajar en la motivación, la creación de hábitos productivos y el crecimiento personal para luego llegar a la creación de marca personal.
A su desarrollo en el ámbito financiero, especializado en estrategias de Educacion Financiera y crecimiento personal, también le sumó las tareas de conferencista, coach ejectuvo y Máster Trainer en programación Neuro-Lingüística. En una charla con BigBang, Adler cuenta cuáles son los secretos para crecer financieramente, cómo encarar un nuevo emprendimiento y cómo mejorar una marca.
-¿Qué es la Educación Financiera?
-Básicamente es tener la capacidad de poder generar el dinero necesario para tener libertad financiera. O para pagarle a otras personas para hacer las cosas que no nos gustan a nosotros. La Educación financiera es fundamental para lograr la libertad financiera. Es independizarse de cualquier trabajo y dejar de vender tiempo a cambio de dinero. La libertad financiera es poder distinguir con precisión qué es un activo, qué es un pasivo... es decir qué nos pone dinero en el bolsillo y qué nos saca. Y a través de eso es tener el tiempo y la libertad de cabeza para crear y planificar.
-¿Cuáles son las claves para lograr esa libertad financiera?
-El primero paso es ese: poder tener en claro qué son las cosas que nos sacan dinero en la vida y qué nos dan dinero. Distinguir activos y pasivos. El segundo paso es entender que para mejorar como personas de negocios hay que mejorar internamente. Nuestro mundo interior va a ser el reflejo del mundo exterior. Para eso, el primer llamado a la acción es “la creación de hábitos productivos”. En Educación Financiera siempre mencionamos que un hábito productivo se logra después de 66 días y se divide en tres etapas.
-¿Cómo sería eso?
-La primera etapa es la destrucción de hábitos negativos. Un hábito negativo es, por ejemplo, la gente que se levanta a la mañana y agarra el celular para ver las redes sociales. O, por ejemplo, enciende un canal de televisión. O hacer cualquier otra cosa que le quita inspiración o creatividad, y lo sumergen en todas las distracciones electrónicas e improductivas durante el día. La segunda fase es la implementación de nuevos hábitos, como por ejemplo, 20 minutos de ejercicios, 20 minutos de lecturas o 20 minutos de meditación de meditación o visualización. Esos son hábitos productivos y sabemos que todo eso lleva una hora. Para eso, otro hábito productivo podría ser levantarme más temprano una hora durante todo esos 66 días.
-Pienso en un trabajador de la construcción, que le pone el cuerpo al trabajo y el cansancio es un hecho real. En ese sentido, le costaría mucho más tener el tiempo para meditar o hacer ejercicio físico. ¿En cuánto afecta el entorno a una persona que quiere tener su propia libertad financiera o su propio emprendimiento?
-Yo le preguntaría a ese obrero de la construcción hace cuánto no se toma un café con él mismo y dedica un bloque de tiempo a planificar y pensar una estrategia. Mi trabajo como mentor en Educación Financiera es justamente ese. Descubrir el talento oculto que cada persona tiene. Pero cada persona también tiene que preguntarse qué es lo que mejor le sale o qué es lo que más le gusta hacer. Porque, generalmente, lo que más le gusta hacer a las personas es lo que mejor les sale hacer. Habría que pedirle a ese obrero que se ponga el temporizador y que durante 20 minutos, sin distracciones, va a identificar en una hoja qué es lo que le gusta hacer. Después de eso, siempre y cuando tenga los gastos cubiertos, va a pensar qué haría durante un mes sin cobrar nada. Por ejemplo, haría sándwiches de milanesa pero con un packaging espectacular, con un logo, diseño y utilizaría Facebook para comercializarlo. Y se pondría un objetivo que sería que hoy y hasta el 31 de diciembre tendría 10 empresas en los que les llevaría esa comida en mi bicicleta y que van a tener como diferencia que van a estar freídos en aceite de coco, y no aceite de girasol que tiene transgénicos. Además, las cajas van a ser biodegradables y cada mes voy a hacer una promoción entre todos los números que aparezcan en el packaging una entrada o un descuento. Se arma una estrategia para que cada uno de nosotros, o ese obrero, construya su propio negocio. Parte de la Educación Financiera logra que una persona se haga rica o pudiente siempre y cuando construya negocios y los negocios tengan mucha importancia de marca.
-¿Por qué?
-Porque hay que saber que cuando el cliente nos va a elegir por ser un producto o por ser un servicio, nos va a elegir por el precio más bajo. Por ser los más baratos. En cambio si nos eligen por nuestra marca, por el packaging, por el slogan o por la velocidad de atención, o cada valor con el que nos identifiquen, nuestro cliente va a estar comprando una promesa de calidad, una garantía de éxito, que es la marca. Eso es lo que queremos llegar a lograr. Y es esa neta Educación Financiera. Y lo que queremos es construir negocios, con mucha imagen de marca, que hablen bien del servicio, el emprendedor o el empresario.
-Por estos tiempos, en redes sociales se explotan marcas de emprendimientos o empresas, y se pierde la atención sobre la calidad del producto o el servicio. ¿Qué opinión tenés sobre es?
-Que es así. Se pone más foco en lo visual y en el packaging que en lo que realmente es el producto. Pienso que es una realidad. Es una percepción de las personas. Claramente sucede cuando se habla de política. El cascarón, muchas veces, es lo que determina que alguien compre o no compre algo. Después con el tiempo, obviamente el producto tiene que ser noble o bueno para poder superar al fantasma de los tres años. Está comprobado que en Argentina, una PYME tiene que superar ese cuco de tres años para sobrevivir. Si los pasa, hay una gran chance de que llegue a los cinco años y si lo logra, tiene muchas chances de convertirse en una gran empresa. Lo importante es tener una imagen linda de marca, tener un crecimiento personal sobre nuestro hábitos creativos, saber que la mañana es el momento mágico y que así se puede lograr un buen emprendimiento sabiendo qué es lo que queremos y hacia donde vamos, con objetivos con fechas de inicio y de final. La forma de superar la mediocridad es trazarse objetivos en la vida.
-Estamos en tiempos de crisis por la pandemia de coronavirus, ¿cómo fue tu trabajo como mentor con las PYMES y los emprendedores durante este tiempo?
-Yo tengo una forma de ver los problemas de una forma muy especial. Para mí los problemas son oportunidades. Y también creo que la suerte es la sumatoria de la preparación y la oportunidad. Sabemos que la pandemia sacó lo mejor y lo peor de la clase empresarial y de la clase trabajadora también. Acá es donde se ve realmente qué es lo que hacemos con los miedos. Para la mayoría de la sociedad, los miedos paralizan. Pero también hay medios que ayudan a ser mejores, a ser más resiliente. Yo trabajo en tres países en simultáneo. Trabajo en Argentina, en Ecuador y en Estados Unidos, y con mucho orgullo puedo decir que la gente tiene una gran carga de resiliencia. No importa cuál es la adversidad, el argentino, por esencia o por desesperación, supera todo. Esta pandemia obligó a muchas personas a elevar su calidad de emprendedores a empresarios, a estudiar más, a entender cuál es la diferencia entre el crecimiento de marca y el personal; cómo está atado los hábitos que uno tiene con los resultados que uno quiere con los que obtiene. En muchas ocasiones, le mencionamos a la gente que nos consulta, que cuide mucho los medios con los que se informan. Porque se puede poner un canal de televisión y dice que todo está mal, que todo va a explotar y que vamos a morir. Ponemos el canal que le sigue y esto es Alemania o el mejor país del mundo. Todo lo que pasa en nuestras finanzas depende de nosotros. Y no hay que colgarse escuchando a los economistas. Pienso que todo depende de nuestro actos, hábitos y costumbres. Y que mejoramos como empresarios cuando mejoramos como personas.
-Sabemos que uno de los principales problemas en Argentina es la inflación, ¿cuáles son los dramas económicos en Estados Unidos y en Ecuador?
-Te lo simplifico diciendo que el gran problema en todos los países es la Educación Financiera. Y, por ejemplo, estuve leyendo programas de Educación Financiera de Argentina y ninguna habla de cómo ser emprendedor, cómo ser empresario o hacer que el dinero trabaje para uno.