Mientras que la agenda de Casa Rosada es Gran Hermano, y desde el Gobierno porteño consideran responsables a los padres por la toma de los colegios, los argentinos no dejan de sufrir las consecuencias de la falta de gestión en economía, trabajo y seguridad.
Desde el Gobierno porteño denunciaron penalmente a 366 padres de los menores que concurren a las escuelas que fueron tomadas, tras acusarlos de autorizar usurpaciones a los edificios públicos de la ciudad. Hasta el momento, desde el gabinete de Horacio Rodriguez Larreta, no solo se les reclama que paguen los sueldos de los docentes de los establecimientos educativos, si no también una suma de $50 millones por daños y prejuicios en base a los días de clase que se perdieron.
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Este presupuesto resulto luego de un informe que le enviaron desde el Ministerio de Educación porteño a la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires y corresponde al pago diario de los salarios de los trabajadores de las instituciones, y el costo que les conllevó tener las escuelas cerradas.
La Ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, paso su día de domingo almorzando en el programa de Juana Viale, y aprovechó para opinar del tema y dijo que para ella cualquier opinión y diálogo con los jóvenes es sumamente importante, pero al realizarlo a través de una toma, perjudican a miles de estudiantes. “Aunque las escuelas que más se quejan tuvieran demandas propias, no es manera en democracia poner en juego la educación. Cualquier mirada de los jóvenes es bienvenida, siempre se puede pensar distinto. Las tomas de escuelas no son legítimas ni legales porque les quitan la oportunidad de aprender a miles de estudiantes”, relató Acuña.
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Además, para la Ministra, los adultos responsables de los menores tienen la obligación de enseñarles a los chicos a dialogar y a participar, pero siempre y cuando entiendan que hay otros derechos que deben respetarse y que todas esas diferencias deben poder convivir en una misma sociedad. "Fueron a volantear a las puertas de las escuelas. Los docentes que responden a CTERA impulsaron este manual entre los estudiantes", expresó Acuña haciendo referencia a que el Kirchnerismo impulsó las tomas de los colegios.
A fines de septiembre de este año comenzó la toma de colegios en la Ciudad de Buenos Aires, con la finalidad de reclamar las escasas viandas que reciben los chicos en las escuelas, y reclamar mejores condiciones no solo en ello, si no también en los establecimientos educativos. Frente a la rápida y colaborativa suma de colegios que se adhirieron a la toma en ese entonces, el Gobierno porteño comenzó a tomar medidas, las cuales solo enfurecieron más a los estudiantes.
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Intentaron con el diálogo tardío, pero no funcionó. Intentaron con la palabra de Acuña, y mucho menos. Llevar a la policía a la noche a la casa de los estudiantes para asustar a sus familias para algunos políticos pareció ser una brillante idea, solo que se olvido un pequeño detalle. La violencia que eso implica en Argentina y el miedo de que se repita lo que tanto costo eliminar. ¡Bravo chicos, si querían hacer todo mal lo lograron!.Tras varios días consecutivos de las tomas y frente a los fuertes repudios de la sociedad, a principios de octubre, el Gobierno Nacional ordenó que la Policía de la Ciudad se retire de los establecimientos. Este comunicado lo habían realizado desde la Secretaría de Derechos Humanos, a través de un habeas corpus. Los colegios que fueron participe de las tomas fueron: Lengüitas, la Escuela Rogelio Yrurtia, el Liceo N°5, la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola, la Escuela Técnica Fernando Fader, el Mariano Acosta, la Escuela de Cerámica N°1 y la Claudia María Falcone.