Un grupo de padres de alumnos de la primaria de la escuela 817 de Garupá, provincia de Misiones, denunció que los chicos de los grados superiores torturaban a sus hijos de diferentes maneras, entre ellas, descargas de electricidad, golpizas, bajarles los pantalones, golpearlos entre varios o empaparlos con agua. Para torturarlos con descargas eléctricas, habían roto un tomacorriente del baño de varones y sacado los cables para afuera.
La escuela de la polémica.
Los hechos tomaron estado publico cuando por lo menos dos chicos debieron ir al médico por quemaduras y fuertes dolores en los brazos, por haber sido obligados a tocar los cables de un enchufe. En diálogo con el periódico local El Territorio digital, una madre que no se identificó informó que tres alumnos de sexto grado obligaron a su hijo menor a manipular cables pelados, que su hijo mayor intentó defender al hermanito e, insólitamente, fue sancionado por los directivos del colegio.
Los alumnos que torturaron a sus compañeritos no podrán disfrutar de recreos como este.
La directora del colegio, Claudia Contavalle, dijo que el día en el cual ocurrieron los hechos más graves, "los chicos salieron de la escuela bienn y que no habían manifestado ningún dolor ni nada raro". Insólitamente, cuando se le consultó sobre la sanción que aplicaría a los alumnos torturadores, Contavalle afirmó que... ¡los dejaría sin recreo!
"Decidimos que los chicos seguirán en la escuela, pero no saldrán al recreo con sus compañeros, sino que tendrán actividades recreativas, entonces los que jugaron a este juego tan peligroso aprenderán que sus acciones tienen una consecuencia", señaló.
La directora del colegio, autora de la insólita medida disciplinaria.
Contavalle lamentó la falta de respaldo de los padres de los alumnos acusados, ya que intentó organizar una reunión con ellos, pero "sólo uno se presentó y los otros no vinieron".