La campaña en la previa de las Elecciones Legislativas 2021 ya tiene de todo. Desde fake news, insultos y antipolítica hasta robo de datos. ¡Sí! Robo de datos. Eso fue lo que sacó a luz la organización Defensoría de Laburantes, a través de una publicación en su web oficial.
De esa manera, Defensoría de Laburantes denunció al Gobierno Porteño, al mando de Horacio Rodríguez Larreta por hacer “uso de datos personales en forma indebida”. Además acusaron al Gobierno de la Ciudad de “contratar a trabajadoras de forma precaria para la campaña electoral” de cara las las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que se realizarán el 12 de septiembre.
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Desde la organización también explicaron que las trabajadoras de un call center denunciaron que son “obligadas a hacer campaña electoral para María Eugenia Vidal y Diego Santilli”. Y advirtieron que lo hacen “usando datos provistos por la Línea 147, la cual es usada por los porteños para hacer reclamos por servicios, consultas o para anotarse a la campaña de vacunación”.
Tras la denuncia pública, desde Defensoría de Laburantes afirmaron que comenzaron con la recolección de información, datos y pruebas para avanzar con la denuncia en contra del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Además, acompañas a las empeladas del call center, que es propiedad de GIV S.R.L, por el reclamo de “precarización y hostigamiento laboral”.
En una entrevista, la abogada de las trabajadoras, Tamara Rossi, afirmó: "Precarizan de forma sistemática a trabajadoras jóvenes sin otra salida laboral, que son obligadas a trabajar sin registración alguna, 12 horas por día por un salario de pobreza. Son hostigadas, presionadas a trabajar sin descanso y obligadas a mentir para alcanzar objetivos políticos".
Y la letrada profundizó: "Ponen a sus trabajadoras a hacer tareas de la campaña electoral y a partir de eso se duplica la jornada laboral, pasando de 6 a 12 horas, y, aunque les prometen un salario mejor, les hacen firmar un contrato por el mismo salario y empiezan a sufrir presiones, hostigamientos y malos tratos para cumplir con cierto número de comunicaciones diarias".
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Según explicó su abogada, las trabajadoras, junto con la Defensoría de Laburantes, iniciaron un reclamo en la justicia laboral porteña contra la empresa y también contra el Gobierno de la Ciudad. La causa es por la "correcta registración del vínculo laboral, para que se cumpla con sus derechos laborales o, en su defecto, para que se las indemnice".
Mientras esperan la audiencia de conciliación con la empresa, las empleadas dejaron algunos de sus testimonios sobre los maltratos y “aprietes” que sufrieron para que hicieran campaña por Vidal y Santilli. "Cada pregunta que hacíamos, nos gritaban que a esa altura ya tendríamos que haber entendido y que la experiencia la teníamos que sacar de una llamada a otra, y que si no anotábamos gente a las reuniones o las personas nos cortaban, era culpa nuestra", contaron.
Según el relato de la Defensoría de Laburantes, las empleadas eran obligadas a llamar a personas de un listado que había sido provisto por el Gobierno de la Ciudad a través de la Línea 147. Y explicaron: “La tarea asignada consistía en llamar a las personas de un listado y proponerles tomar un café con alguno de los candidatos y en ningún momento podían decir de dónde conseguían los datos, sino que todo el tiempo debían fingir ser militantes voluntarias".
Y agregaron: “En medio de todo esto, los insultos y maltratos eran constantes y tampoco se cumplió el protocolo para la prevención del Covid-19". Por todo eso, la Organización convoca a personas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) a denunciar si fueron llamados para “tomar un café con un candidato”: “Aquellos que hayan recibido llamados o mensajes relacionados con la campaña y que no sepan de dónde se obtuvieron sus datos, es decir su nombre y apellido y su número de teléfono y DNI, a fin de presentar la denuncia penal correspondiente y un habeas data".
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En tanto, sobre el lugar de trabajo y los contratos que firmaron, una de las empleadas relató en un texto: “Trabajábamos en una oficina dividida, por sección éramos 20 personas o más. Teníamos que pedir permiso para ir al baño y, si íbamos, medían con cronometro cuánto tiempo tardábamos. Si hablábamos entre nosotras, nos cambiaban de lugar".
Y finalizaron sobre las condiciones sanitarias y el contrato que firmaron: "Las ventanas siempre estaban cerradas porque los supervisores decían que tenían frío y hubo casos positivos de Covid-19 de los que nunca nos avisaron. Y en cuanto al contrato, tuvimos que firmar una hoja que decía que cumplían con el protocolo, que pasábamos por un sanitizante, cosa que no hacíamos. Se desmayaron chicas, que perdieron el presentismo o tuvieron que comer una cucharada de sal y seguir en la línea, otras tuvieron ataques de pánico o tuvieron que ir a trabajar con síntomas por la vacuna".
En tanto, también hubo mentiras sobre los sueldos de cada una de las trabajadores. En su denuncia explicaron: “En el contrato no decía cuántas horas trabajamos, solo que ganábamos $23.000, cuando lo acordado era $80.000 para los que trabajaban 12 horas, y $65.000 los que trabajaban 10”.