“Cierre hasta nuevo aviso”. En marzo de 2021, la empresa Garbarino, cuyo propietario es Carlos Rosales, comenzó un siniestro plan para despedir a 3.000 trabajadores y no pagarles ni un peso. Primero dejaron de pagar los sueldos, los alquileres de los locales y la luz. Luego realizaron un vaciamiento de la empresa. Después impidieron a los empleados que pudieran vender los pocos productos que habían dejado en stock y les cerraron el sistema. Finalmente, entre octubre y noviembre enviaron miles de telegramas de despido. En una demostración de impunidad, los dueños de Garbarino pasaron por arriba del Decreto 329 del 31/03/20, en el que Gobierno Nacional dispuso la prohibición de efectuar despidos sin causa o por causa de falta o disminución de trabajo o por fuerza mayor, todo ello en el marco de las medidas de emergencia por la Pandemia COVID 19. Nadie se los hizo cumplir.
En la mañana del lunes 24 de enero, una multitud de trabajadores despedidos de Garbarino coparon el Puente Pueyrredón, que une Avellaneda con la Ciudad de Buenos Aires. Junto a organizaciones sociales y partidos políticos, cientos de los ex empleados, autodenominados Trabajadores de Garbarino en Lucha, realizaron un piquete que duró desde las 9 de la mañana hasta pasado el mediodía. Exigían una respuesta por parte del Ministerio de Trabajo, a cargo de Claudio Moroni, que, durante todos estos meses, se mantuvo al margen del conflicto.
En una entrevista con BigBang, Luis Rodríguez, ex empleado de la sucursal Escobar de Garbarino y vocero de los trabajadores, explicó: “La marcha arrancó a las 9 de la mañana y estuvimos hasta las 13 horas. Nosotros lo que pretendíamos era que alguien del gobierno nos convoque para una reunión real, con el Ministerio de Trabajo o con Presidencia o Vicepresidencia. Pasaron las horas y no había novedades. Hasta que vieron que no nos movíamos. Pidieron que levantemos primero una mano, después que levantemos el corte y dijimos que no porque desde el Gobierno no habían dado ningún tipo de noticia de nada. Hasta que, finalmente, llegó una convocatoria para una reunión el día miércoles a las 12 del mediodía con el Ministerio de Trabajo, esperemos que esté el ministro y ahí también haremos una movilización en apoyo a la reunión”.
-¿Cuál fue el rol del sindicato de Comercio, a cargo de Omar Cavalieri, y de los delegados durante los despidos masivos de la empresa?-Fue un modus operandi muy bien organizado y con muchos cómplices. El Sindicato de Comercio, es decir, la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) fue el primero que acompañó todas las medidas que tomó la empresa desde hace dos años. Es más, desde que se inició la venta de Garbarino, y todas las medidas antiderechos laborales que tomó la empresa, el sindicato estuvo del lado de la empresa. Porque hay que entender algo: la crisis de Garbarino fue producida por la propia empresa. Ellos dijeron que fue por la pandemia de COVID pero eso es mentira. No nos dejaron vender más nada, nos quitaron la posibilidad de vender, ni productos ni servicios, entonces llegó un momento en el que el pasivo llegó a ser más grande que el activo. Y ellos, en ese momento, declararon que por la crisis de la pandemia tenían que cerrar y nos tenían que pagar la mitad de la indemnización. Pero no pagaron nada y echaron a todos. Fue un plan creado minuciosamente por la empresa con complicidad del sindicato principalmente y con el Gobierno. De hecho, en el Ministerio de Trabajo tuvieron 37 audiencias de conciliación y en ninguna hubo respuesta. Y lo más increíble de todo es que los trabajadores no tuvimos representación porque en la mesa se sentaba el Ministerio como conciliador, la empresa y el sindicato, que estaba a favor de la empresa. Y en ningún momento tuvo ningún tipo de acercamiento o reunión con los trabajadores despedidos, ni estuvieron en ninguna asamblea.
-¿Desde hace cuánto tiempo no cobran sus sueldos?-No cobramos sueldos desde marzo de 2021. Además nos deben aguinaldos e indemnizaciones. Y los despedidos somos casi 3.000 personas. Los telegramas de despido los mandaron en octubre del año pasado. En ese momento, hacíamos manifestaciones pacíficas porque no hacíamos cortes. Ibamos a Casa de Gobierno, al Sindicato y al Ministerio de Trabajo. Siempre manifestándonos en aglomeración pero nunca cortando nada. En octubre nos recibió Alberto Fernández. Ese mismo día, desde Garbarino envió a Compumundo, que es parte de la empresa del Grupo Garbarino, 600 telegramas de despido, habiendo en el medio un decreto que prohibían los despidos. Al presidente le mostramos los telegramas y no dijo nada. El Ministerio no hizo. Y el Sindicato mucho menos. Al mes siguiente, el 13 de noviembre, estábamos reunidos con Matías Kulfas en el Ministerios de Desarrollo, y ese mismo día llegaron 1.900 telegramas de despido. Tampoco nadie hizo nada. El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria pero nunca fue acatada por parte de la empresa. De hecho, en la conciliación la empresa asumió que nos había despedido y que no nos podía devolver los puestos de trabajo porque ya no existían porque ellos habían cerrado todas las sucursales. Dicho esto, a las dos semanas empezaron a buscar gente para reemplazar a los que habían echado a través de un aviso publicado en la misma página de Garbarino. Eso también se lo dijimos al Ministerio. Tanto Cavalieri como el ministro Moroni sacaron un acuerdo para empleados despedidos de Garbarino en la que decían que generaban una bolsa de trabajo pero era todo humo. Tenemos muchísimos compañeros que se han anotado y nadie los llamó para ofrecerles un puesto de trabajo. Lo que sí nos sirvió a nosotros para que quede demostrado que tanto el Gobierno como el Sindicato reconocieron que hubo 3.000 despedidos, aún con un decreto en plena vigencia que prohíbe los despidos y en lugar alguna penalidad para la empresa, inventaron de forma falsa una bolsa de trabajo y no hubo ningún tipo de apoyo.
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-¿Algún trabajador llegó a un arreglo económico con la empresa Garbarino?-No le pagaron a nadie. Antes de enviar los telegramas, más o menos un mes antes, ofrecieron un retiro voluntario en el que nos ofrecían pagar el 100% de la indemnización en 24 cuotas sin interés y en montos fijos. El problema era que Garbarino ya venía ofreciendo retiros voluntarios y todo aquel que los firmó, nunca recibió un peso. Nadie cobró. Entonces imaginate que después de dos años en el que nunca cumplieron ningún tipo de acuerdo, casi nadie se anotó. Incluso desde Garbarino incumplieron acuerdos homologados por el Ministerio.
-¿Las sucursales fueron cerradas en su totalidad o los trabajadores siguen con las tomas de algunas?-La empresa, una o dos semanas antes de los despidos, cerraron todas las sucursales. Por eso digo que todo esto fue armado por ellos. Dejaron de pagar luz, dejaron de pagar alquiler, no nos dejaban vender, nos cerraban el sistema y así indujeron a la crisis para que no entre plata. Y así cierran todas las sucursales, despiden a casi 3.00 trabajadores y presentan el Procedimiento Preventivo de Crisis. Pero cuatro días después de hacer todo eso, publicaron el aviso para contratar nuevos empleados y reabrieron cinco sucursales como si nada hubiera pasado. Y dejaron 3.000 personas en la calle sin pagar nueve sueldos, aguinaldos e indemnizaciones. Además, los aportes patronales no están pagos y estuvimos toda la pandemia sin cobertura médica porque no pagaron las obras sociales. Tuvimos compañeros que lamentablemente han fallecido por no contar con coberturas y hoy es una lucha de mucha gente que tiene tratamientos largos e importantes y que hoy no tienen obra social.
-Garbarino presentó un Procedimiento Preventivo de Crisis pero para eso necesita demostrar que hubo una baja consecutiva en las ventas durante los últimos años. Algo que no sucedió porque en marzo de 2021 tuvo un récord de ventas. ¿Qué dijo el Ministerio de Trabajo de Claudio Moroni frente a ese presentación?-Nada. En marzo del año pasado que fue el último mes que nos dejaron vender tuvimos, como decís, récord de venta en volumen y en productos de toda la historia de Garbarino. Eso fue en marzo, el último mes en el que nos depositaron algo de plata porque nos venían pagando a cuentagotas. Tuvieron récord de ventas, récord de ingresos y récord en cantidad de productos. Podían decir que en plata era menos por la devaluación, pero fue récord en cantidad de facturas y productos. Después dejaron de vender para llevar adelante su plan. Y demostrar se puede demostrar pero el Gobierno nunca intervino. El Ministerio de Trabajo no hizo nada. ¿Qué nos dijo a nosotros? Luego de agotar todas las instancias de negociación y de conciliaciones que no acataba, nos dijeron que presentemos las demandas judiciales para cobras las indemnizaciones dentro de 5, 10 15 años o quizá nunca.
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-¿O sea que el camino que dejó abierto el Ministerio de Trabajo fue hacer un juicio laboral?-Eso fue lo último que nos dijeron. Por eso marchamos hoy. Y por eso vamos a seguir marchando. Imaginate que en la última reunión informal, como les llamaban ellos, porque ni siquiera tuvimos reunión con alguien importante, nos dijeron que nos escuchaban pero que no nos podían dar respuesta porque ellos no tomaban decisiones. Y que sigamos la vía judicial. Ese es el único camino que nos dieron. Entonces les pregunté cuál era el funcionamiento del Ministerio frente al despido masivo de 3.000 personas por parte de una empresa. No entendemos tampoco cuál es el castigo que tendrá la empresa por no acatar una conciliación. Dijeron que se le habían cortado todo tipo de ayuda, y que no iban a tener REPRO, ni créditos blandos. Pasaron dos meses y les volvieron a dar los REPRO para los empleados que están activos. La empresa hizo lo que quiso y el gobierno los premia por hacer lo que quiera.
-¿Qué piden los trabajadores para finalizar las manifestaciones y los cortes?-Nosotros queremos cobrar los sueldos atrasados y las indemnizaciones. Eso lo que pedimos.