12 Octubre de 2016 07:06
Paradoja de la vida. La obra que aliviará a cientos de miles de usuarios del ferrocarril Sarmiento, es uno de los grandes karmas de la política argentina. Se trata del soterramiento del Sarmiento, anunciado al menos cuatro veces por Cristina Kirchner y otras tres por Néstor Kirchner. Hoy comenzó a operar la máquina tunelera que fue construida con el único fin de enterrar al tren entre Moreno y Caballito.
Se trata de una de las grandes promesas incumplidas de la gestión K. Se anunció en al menos siete ocasiones de manera oficial. Hubo actos, lanzamientos y una recepción extraordinaria para la llegada de la máquina que va a realizar el túnel que permitirá enterrar a un ferrocarril con una historia de luto.
El presidente saludando a los obreros que iniciaron las obras.
La obra es realizada por un pool de empresas, entre las que se encuentra Iecsa, administrada por el primo del presidente Macri, Ágnelo Calcaterra. La principal compañía que interviene es Ghella, una compañía italiana.
Así era trasladada años atrás, en 2012, cuando arribó a Haedo, donde se encuentra la tunelera.
Sin embargo, la tunelera estuvo allí quieta, en la localidad bonaerense de Haedo. Desde 2012, cuando fue adquirida, no se movió ni un metro. El proyecto es mucho anterior: de hecho, el primer anuncio que hizo el kirchnerismo fue en 2006. Diez años después, en febrero pasado el presidente Mauricio Macri anunció que la obra comenzaría entre agosto y septiembre, pero hubo una demora y los trabajos se iniciaron hoy.
Meses atrás, el Gobierno de Macri volvió a hacer un anuncio al respecto: habían pospuesto el inicio de las obras hasta diciembre. Los trabajos, en cambio, comenzaron esta mañana. El presidente realizó una recorrida breve junto a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Es una de las obras más importantes en materia de infraestructura ferroviaria. Los trenes circularán por medio de un túnel de 34,6 kilómetros, que unirá Moreno con el barrio porteño de Caballito. Desde allí en adelante las vías ya se encuentran soterradas hasta la estación cabecera, en Once.
En total, el Sarmiento transportará a unos 150 millones de pasajeros por año. No solo podrá mejorar la frecuencia, sino que además aliviará el tránsito, tanto de la Capital Federal como en zonas del conurbano donde hay pasos a nivel. En total, se eliminarán 51 pasos vehiculares y 29 peatonales.
Se trata de una obra millonaria, que le costará al Estado unos 3 millones de dólares. Las obras estarán a cargo de Oderbrecht, Iecsa, Comsa y Ghella.
La tunelera realizará los trabajos para enterrar el ferrocarril Sarmiento.
El primer tramo de la obra tendrá 22,4 kilómetros de extensión, y unirá Castelar con Caballito. Se estima que el túnel tendrá un diámetro de 10,46 metros, y habrá que construir además 11 nuevas estaciones bajo tierra. En alguna ocasión se supo que la tunelera avanzaba a un promedio de 20 metros diarios. Así, los plazos de obra se estiman en 48 meses. En ese período, indicaron fuentes oficiales, no se vería afectado el servicio del tren.
CRONOLOGÍA DE LOS ANUNCIOS
Febrero de 2006. El 21 de febrero el ex presidente Néstor Kirchner anunció desde Casa Rosada el llamado a licitación de la obra por 300 millones de pesos. El soterramiento estaría finalizado para 2010, y aumentaría su capacidad de transporte en un 40 por ciento. Las obras nunca se llevaron a cabo. Todo parecía encaminado cuando en otro acto se hizo la presentación de ofertas, en mayo de ese año.
La cronología de los hechos. Cristina Kirchner lo anunció al menos cuatro veces.
Agosto de 2007. Se vuelve a realizar un nuevo acto. En esta ocasión, con Kirchner aún como presidente, se volvió a realizar la recepción de las ofertas. El ex mandatario explicaba allí que las obras llegarían a cubrir toda la traza del ramal, entre el partido de Moreno y el barrio de Once.
Enero de 2008. La presidenta Cristina Kirchner retoma las promesas y dice que el soterramiento tardará tres años de obras. Meses más tarde, en diciembre, volvería a prometer el inicio de la construcción del soterramiento, aunque esta vez llegaría meses más tarde, en 2009, debido a las demoras por la “crisis internacional”.
Julio de 2012. Ya habían pasado varios años. Meses atrás había ocurrido una de las mayores tragedias ferroviarias del país, con un saldo de más de 50 víctimas fatales y otros 700 heridos. El entonces ministro de Transporte, Florencio Randazzo, encabeza un acto y pone en funcionamiento la tunelera. La construcción, prometió, estaría lista en 2015.
Junio de 2014. Las obras no avanzaban, la tunelera no se movió si quiera un metro desde que el ministro Randazzo la “puso en funcionamiento” dos años antes. Una tapa de Clarín que molestó al Gobierno recordaba la obra incumplida. El por entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó que las obras comenzarían ese mismo año. Nada de eso ocurrió.
Febrero de 2016. Más de un año y medio después de esa promesa, Macri promete iniciar la construcción este año y terminar la obra en cinco años. También dice que las obras comenzarían entre agosto y septiembre de este año, y que demandarían varios millones de dólares y cinco años de obras.
Octubre de 2016. El Gobierno finalmente pone en marcha la tunelera, paralizada desde hace cuatro años en Haedo, y anuncia que los trabajos finalizarán en cuatro años, y que generarán alrededor de 2.000 puestos de empleo.