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Tras la muerte del colectivero, Olmedo impulsa la pena de muerte, en retroceso en todo el mundo

El crimen del colectivero Leandro Alcaraz desató el pedido de un castigo que se concentra en países musulmanes y que, el año pasado, descendió globalmente un 4 por ciento.

19 Abril de 2018 17:11
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Horas después del asesinato del colectivero Leandro Alcaraz, vecinos de La Matanza se reunieron en las puertas de la comisaría a expresar su indignación. Y, entre las consignas, resonó una vez más la de "pena de muerte", que no está prevista en la legislación argentina. 

El dolor por la muerte de Leandro Alcaraz despertó a la violencia.

Más allá de que aquel pedido puede haber sido fruto de la ira espontánea, otra opinión, la opinión del diputado salteño Alfredo Olmedo tuvo tiempo de ser pensada y reflexionada. En diálogo con Jonatan Viale en radio La Red, volvió a alegar en favor de la pena de muerte, pese que la Constitución la rechaza por haber adherido a tratados internacionales. 

 

"¿Para qué se va a sostener a esa persona que no va a cambiar su rumbo?. Estamos tratando la pena de muerte de un niño por nacer y no la de un delincuente", señaló el polémico legislador en referencia al debate en comisiones de la despenalización del aborto.

 

Mientras tanto, cadenas que circulan en redes sociales piden "pena de muerte al que mata" asegurando sin citar fuentes que hay "100 víctimas al mes por arma de fuego en Buenos Aires", un dato que no se sostiene. En la ciudad de Buenos Aires, con más de tres millones de habitantes, hubo 95 homicidios en 2016.

La tasa de homicidios de la ciudad de Buenos Aires puede señalarse en 3,28 cada 100.000 habitantes, en línea con los valores de los países más desarrollados. Claro que los índices se disparan en el conurbano hasta llegar a 11 o 12 homicidios cada cien mil habitantes.

pena de muerte al que MATA !! pic.twitter.com/3L2mPTDE69

- Nachin (@9nachorodriguez)

19 de abril de 2018

En baja

Sin embargo, la tendencia mundial en relación a la pena capital está en baja. De acuerdo a Amnistía Internacional, 23 países practicaron la pena de muerte en el 2016: China, Irán, Arabia Saudita, Irak, Pakistán, Egipto, Estados Unidos, Somalia, Bangladesh, Malasia, Afganistán, Bielorrusia, Indonesia, Singapur, Japón, Nigeria, Palestina, Sudán, Botswana, Taiwán, Corea del Norte, Corea del Sur y Vietnam. 

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Durante el año pasado, la ONG registró en esos países un total de 993 ejecuciones, lo cual representó un descenso del 4 por ciento en relación al año anterior y del 39 con respecto al 2015.

Vale notar que aunque el país que más aplica la pena de muerte es China, la cifra global no se conoce ya que el país mantiene los datos clasificados como secreto de Estado. Por lo tanto, los números manejados por Amnistía Internacional excluyen las ejecuciones que se llevan a cabo en este país, que se estiman en miles.

Evolución de las cifras de pena de muerte en todo el mundo desde el 2007.

Si se deja de lado a China, mientras tanto, el 84% de las ejecuciones conocidas tuvieron lugar en tan sólo cuatro países: Arabia Saudita, Irán, Irak y Pakistán.

Estados Unidos, por su parte, siguió siendo el único país de toda América que ejecutó reos. Si bien las 23 ejecuciones y 41 condenas a muerte registradas allí señalan un leve aumento en relación al  2016, pero continúa dentro de las tendencias históricamente bajas de los últimos años. 

Activistas de Amnistía Internaciona protestan contra la pena de muerte.

Mientras tanto, la región del África subsahariana es la que más avanzó hacia la abolición. Allí, el año pasado, Guinea se convirtió en el vigésimo país africano en eliminar la pena de muerte, mientras que Kenia, Burkina Faso y Chad comenzaron a reformar sus legislaciones para avanzar en ese sentido.