En marzo, Matías Almeyda atravesó un dolor muy profundo. El segundo día de ese mes, falleció Oscar, su papá, tras una larga internación luego de que contagiarse de coronavirus. Tenía 78 años y estaba en la terapia intensiva del Hospital Pintos ,de la ciudad de Azul, en la provincia de Buenos Aires.
A esa panorama desolador, al ex futbolista de River Plate se le sumaba otra preoucupación: Su mamá, Silvia Calcagno, también sestaba internada por Covid-19. Afortunadamente, tras una semana de internación, la mujer se pudo recuperar.
Fue la madre de Matías quien dio a conocer la noticia sobre el fallecimiento de Oscar en las redes sociales: “Mientras estoy en la cama del hospital recuperándome de COVID-19, aquí pegadito a mí se murió mi marido Oscar Almeyda; toda una vida juntos y no puedo despedirlo como quisiera, pero Dios dispone las cosas”.
Enseguida Calcagno completó su mensaje desde su cuenta de Facebook: “Qué decir, estoy destrozada, quisiera estar con toda mi familia, pero no se puede. Oscar, por siempre estarás en mi corazón, te amé y te amaré hasta el día que nos volvamos a encontrar, amor de mi vida”.
En aquel entonces, el actual director técnico de San José Earthquakes, que juega en la Major League Soccer, dejó Estados Unidos al saber que el estado de su padre era delicado y se quedó en Azul, su pueblo natal, acompañado por su esposa Luciana García Pena y por sus hijas Sofía, Azul y Serena.
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Dos meses después, y con la tristeza a flor de piel, Almeyda contó cómo vivió la muerte de su papá en una nota con Radio Mitre: “Fue realmente traumático porque en diciembre decidí no ir a Argentina por el miedo de los viajes y aeropuertos. Busqué todas las maneras para unirme a mi familia y la de mi esposa en algún otro país y no se pudo”.
Y completó: “Mi idea fue pasar las fiestas en Estados Unidos con la idea de que mis viejos se mudarán para allá en febrero o en marzo. Pero en la vida muchas veces uno programa y Dios decide, lamentablemente. Llegué cuando mi papá estaba internado, fue muy rápido. Me quedó un dolor y bronca terrible por lo sucedido. Pero acepto cómo se dio todo y la decisión que tomó el Señor, en el que creo cada vez más. Lo acepto desde ese lugar”.
Durante la entrevista también habló del vínculo que mantenía con su papá: “No me pude despedir. Mi papá era mi amigo. Teníamos un vínculo muy fuerte, éramos muy unidos. Más allá de que estábamos distanciados por kilómetros, siempre decíamos que nuestros corazones latían a la par y realmente me cuesta saber que hoy no está entre nosotros, pero sé que está, en algún lugar está”.
Pero lo llamativo fue la actitud que tomó Almeyda tras el fallecimiento de su padre. ¿Que quiso hacer? Comprar vacunas contra el coronavirus para todos los habitantes de Azul, el pueblo donde nació, vivió con sus padres y donde tiene a sus familiares.
El triste momento de Matías Almeyda: su papá murió por Coronavirus y su madre está internada
Luego de contactarse con una persona que le vendería el excedente de vacunas que hay en la ciudad de Estados Unidos donde vive, se comunicó con un funcionario argentino para enviar el cargamento de dosis: “Hace 20 días llamé a un político importante de Argentina porque quería vacunar a toda la ciudad de Azul. quería pagar todas las vacunas, no me importaba lo que iba a costar”.
Y agregó sobre sus sentimientos y sobre los gastos de la compra: “Si me quedaba sin lo que tenía no me importaba porque la pérdida de mi padre y muchos conocidos me dio mucha tristeza. Tenía todos los contactos para llevar las vacunas pero lamentablemente no se pudo”.
Por supuesto, fue imposible que la donación de vacunas contra el COVID-19 se hiciera realidad. En ese sentido, Almeyda confesó: “Tenía los vínculos pero cuando hablé con este político me dijo que no se podía porque es un tema que lo manejan los Estados. No se puede a nivel privado hacer estas cosas. Es una lástima porque hay mucha gente que estaría dispuesta a invertir dinero para ayudar a la población”.
También reflexionó sobre el negocio que podría tejerse detrás de la venta de dosis: “El sistema está hecho así, lo maneja el Gobierno. El día que se abra un poco todo esto, va a haber mucha gente que querrá colaborar, pero también va a haber mucho negocio. Es difícil y entendible. Una lástima”.
Por otra parte, el ex futbolista de la Selección Argentina aclaró sobre las razones por las que intentó vacunar a todo su puesblo: “No lo digo para hacer publicidad porque la gente de Azul sabe lo que yo amo a la ciudad y que es mi lugar para vacacionar”.
Y dio su punto de vista sobre lo que sucede con la campaña de vacunación en Estados Unidos: “Yo ya me di la segunda dosis pero acá es todo muy loco, hay gente que no se quiere vacunar, vivimos en el mundo del revés. Ellos pueden vacunar a 4 millones por día pero no llegan ni a la mitad porque la gente no quiere. Piden que traigan a conocidos para vacunarse, son realidades diferentes”.