23 Septiembre de 2020 15:28
De acuerdo a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia de coronavirus provocó en el segundo trimestre de 2020 una pérdida de horas de trabajo equivalente a 495 millones de empleos y desplomó el salario de los trabajadores en 3,5 billones de dólares este año, con Latinoamérica como una de las regiones más afectadas.
Si bien esa caída podría moderarse en el tercer y cuarto trimestre, para esos períodos se prevén descensos equivalentes a 345 y 245 millones de empleos respectivamente.
En Latinoamérica, la pérdida de horas de trabajo en el segundo trimestre fue del 33,5%, equivalente a 80 millones de empleos, y seguirá siendo alta hasta el tercero, en el que se calcula un descenso del 25,6%.
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En términos absolutos, mientras tanto, la mayor pérdida de horas de trabajo se dio en el sur de Asia, donde equivalió a 170 millones de empleos en el segundo trimestre y aún llegará a 115 millones en el tercero.
Si bien el informe no contiene información pormenorizada de cada país, sí destaca que la pérdida de horas de empleo en España fue de alrededor del 6%, mientras en países como Estados Unidos o Brasil llegó al 10% y en varias naciones latinoamericanas (México, Chile, Ecuador, Colombia y Costa Rica, por ejemplo), se ubicó en la franja de 20%.
La situación fue particularmente alarmante en Perú, donde la pérdida interanual de horas de trabajo superó el 50% entre abril y junio. Además, registró una de las cantidades más altas de casos de coronavirus en el mundo.
La pérdida mundial de trabajo se tradujo en un descenso de 3,5 billones de dólares (un 10,7% interanual) de los ingresos mensuales.
Medidas desiguales
El informe de la OIT también analiza la participación estatal y las medidas de incentivo fiscal ordenadas por distintos gobiernos para mitigar los efectos adversos de la pandemia en el mercado laboral.
En ese sentido, por cada un 1% del PBI utilizado en estas políticas puede lograrse un descenso del 0,8% en la pérdida de empleos. Sin embargo, según la organización este tipo de políticas se concentraron especialmente en los países desarrollados, debido a la limitación de recursos en los países emergentes y en desarrollo.
Así, la OIT calculó que los países en desarrollo deberían invertir alrededor de 982.000 millones de dólares adicionales en total para conseguir los mismos efectos paliativos observados en las naciones más ricas.
"Al tiempo que redoblamos esfuerzos para vencer al virus, debemos adoptar medidas a escala lo antes posible para paliar sus efectos en los planos económico, social y laboral", advirtió en la presentación del informe el director general de la OIT, Guy Ryder.