por Candela Toledo
02 Mayo de 2023 09:51En medio de un contexto económico difícil para muchos trabajadores y trabajadoras en todo el país, donde la inflación y la pérdida de empleo son problemas que están a la orden del día, la venta ambulante se convirtió en una única alternativa para poder paliar la situación e intentar llevar, de alguna manera, el pan diario a la mesa.
Era 1° de mayo, Día del Trabajador. Pablo Romero se había quedado por primera vez sin trabajo, hace 15 días, y como padre de dos hijos, salió a buscar el dinero a la calle. Desafortunadamente para este laburante, cometió el “delito” de vender empanadas en la vía pública. Se levantó temprano como cualquier otro día, logró que le prestaran un carro para llevar sus empanadas y determinó que el Parque Centenario sería un buen lugar para vender. Paseaba con su carro por el espacio verde, hasta que fue increpado por efectivos de la Policía de la Ciudad y la Agencia Gubernamental de Control. El delito: vender empanadas.
“No me pueden sacar. Es la primera vez que vendo. Me quedé sin laburo hace 15 días y tengo dos pibes, loco. Ya me sacaste todo, ya me arruinaste”, dijo con desesperación Pablo al tiempo que era acompañado por un grupo de vecinos que le pedía a la Policía que lo deje seguir con su trabajo.
En el siguiente vídeo que difundió Revista Cítrica, se ve a la policía forcejeando el carro al mismo tiempo que Pablo. “No le podes llevar el carro, llevate la mercadería”, gritó una vecina. “No lo toquen, sueltenlo, viejo. Ya bastante le van a robar la comida, que también se llevan el carro. Acá venden falopa toda la noche, loco”, expresó otro vecino.
Cuando se viralizaron los vídeos, la indignación no tardó en llegar a las redes sociales. Las imágenes interpelaron al streamer “Momo”, quien se ofreció a financiar el emprendimiento de Pablo.
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“Lo que más indigna sobre lo que le ocurrió a Pablo, que él lo cuenta en el video, es que es un argentino que se quedó sin empleo, y como tiene cultura del trabajo, se armó unas empanadas, llegó a Parque Centenario y se las secuestraron la policía y la AGC de control, junto a su carrito”, remarcó Omar Huaraz, secretario General de Vendedores Libres.Para Huaraz, “hoy en la Ciudad de Buenos Aires, para un mantero o un vendedor ambulante es imposible tirar una manta o ponerse a trabajar sin ceder a la corrupción policial y de la AGC de control, porque lamentablemente el espacio público está tarifado”.
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Según denunció el secretario General de Vendedores Libres, como mínimo un vendedor debe dar a las autoridades entre mil a mil quinientos pesos diarios como piso. “Si el vendedor no paga o se niega, lamentablemente o lo echa o viene el patrullero y le secuestra la mercadería”, remarcó.“En esa situación, el pobre que sale a ganarse una moneda, lamentablemente no solo no puede trabajar por la situación económica, sino que tampoco por la corrupción policial. Existen algunos operativos para aparentar que se controla el espacio público, pero se agarran perejiles como Pablo. La mayoría son desocupados del sistema formal, que abandonados por el Estado tienen que salir a sobrevivir por propia iniciativa”, sentenció.