La polémica por el desembarco de Uber en la Argentina continúa y parece no tener fin. Y hoy se volvió a mostrar en las calles: mientras el gremio de los taxistas fue a la sede del gobierno porteño, en Parque Patricios, a entregarle un petitorio a las autoridades, otro grupos de taxistas cortó la 9 de Julio, provocando otro caos en el Obelisco.
El Gobierno porteño le exige a la empresa de "remises 2.0" cuatro puntos para terminar con el conflicto: que sus choferes tengan el registro correspondiente, la VTV (Verificación Técnica Vehicular) realizada, seguros para pasajeros y tributar impuestos. Claro, son puntos que Uber no parece estar dispuesto a cumplir: el la libertad o no profesionalismo de sus choferes radica su negocios.
Bigbang salió nuevamente a la calle y recogió el testimonio de un chofer de la polémica empresa.
El joven chofer se llama Luciano y comenzó a trabajar hoy mismo, por la tarde. Nos contó que se registró a través de la web, que no tuvo capacitación y que le ofrecieron $ 12.000 en bruto por semana, para lo cual debía cumplir con 60 horas semanales, de las cuales la mitad debían ser en hora pico.
“No tuve contacto con nadie de la empresa, todo fue por mail”, explicó el chofer, quien se mostró optimista con respecto a la continuidad de la compañía.
“Para mí va a continuar, van a encontrarle la vuelta legal”, aseguró, para luego referirse al rumor que circulaba sobre el rechazo de la tarjeta Visa a las transacciones con esta firma. “No tuve contacto con nadie que le hayan rebotado la tarjeta”, expresó.