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Un amor para toda la eternidad: tenía COVID y pidió como último deseo despedirse de su esposa

Rodolfo Rogelio Rocha tenía 87 años, el coronavirus le dañó de manera irreversible sus pulmones y falleció. Antes pudo encontrarse con su esposa.  

24 Agosto de 2021 13:38
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El nombre de Rodolfo Rogelio Rocha recorrió las redes sociales en las últimas horas a raíz de un conmovedor video que no tardó en hacerse viral. ¿La razón? En medio de la delicada situación que atraviesa el país por la pandemia, al hombre de 87 años le concedieron un último deseo y le permitieron despedirse de su esposa antes de que el COVID-19 le ganara la batalla.

Rocha llevaba internado desde fines de julio en el Hospital Universitario de la ciudad de Mendoza: tenía una neumonía bilateral y un daño irreversible en los pulmones, razón por la cual los médicos le advirtieron a sus hijos y nietos que su situación ya no iba a mejorar y que solo quedaba esperar el momento de decir adiós. fue en ese momento que, consciente de lo que le estaba ocurriendo, el jubilado le pidió a su entorno y a los profesionales que lo atendían un último deseo.

El hombre quería poder despedirse de su esposa Ana María, con quien estuvo en pareja por más de 60 años y que padece Alzheimer. “Por eso, pedimos autorización al médico de cabecera para poder acceder con mi abuela”, contó Gustavo Nardi, uno de los nietos de Rodolfo, de 36 años al sitio MDZ. El conmovedor encuentro entre Ana María Pérez de Rocha, de 78 años, y Rocha quedó registrado en un video capaz de hacer llorar hasta a la persona más dura. 

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En el breve, pero muy emotivo, clip, se ve a Ana María ingresar a la habitación para poder ver a su esposo por última vez a los ojos con ayuda del personal del hospital, claro está garantizando que se respeten todas las normas de bioseguridad correspondientes. El video solo muestra 10 segundos de un encuentro que duró 40 minutos y que, para muchos, durará toda la eternidad cuando se reencuentren en otro plano. 

A pesar de la enfermedad que padece Ana María, ambos se tomaron de las manos, conversaron y compartieron un último momento juntos. “Fue una reunión en la cual ellos generaron un ambiente de paz y amor. Eran solamente ellos en su mundo disfrutando este contacto directo”, explicó Gustavo, que a pesar de su emoción pudo documentar brevemente ese momento.

Rodolfo Rogelio Rocha nació en el departamento de Rivadavia, era jubilado de la Marina, fue buzo profesional y publicó cerca de 20 libros sobre su actividad profesional e investigaciones personales en una editorial familiar. Según cuentan sus hijos, el matrimonio fue inseparable hasta último momento y con mucho amor construyeron una familia de 28 integrantes entre hijos, nietos y bisnietos.

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Ana María trabajó como docente y directora de escuelas hasta que fue diagnosticada con Alzheimer poco después de su jubilación. Desde ese entonces, el hombre de 87 años no se separó de su lado y estuvo cuidándola hasta su último latido. De hecho,  dedicó mucho tiempo a estudiar la enfermedad y las distintas formas de poder ayudarla y mejorar su calidad de vida.

En sus años de buzo, Rodolfo participó en una remoción con explosivos acuáticos en el Embalse El Nihuil en 1963. También fue uno de los primeros buzos que se sumergieron en las profundidades del Pozo de las Ánimas, sobre la cual publicó un libro en 1992. Además, participó del operativo de búsqueda de un avión y su tripulación caídos en agosto de 1985 en el Ullum, San Juan, y de la búsqueda del helicóptero que cayó en el Dique Potrerillos en 2015.

Tras jubilarse, siguió investigando y colaborando con rescates, pero a partir del diagnóstico de su mujer, se dedicó con devoción a cuidarla. “No sé si hubiera soportado verla morir. Fue internado por una neumonía bilateral y volvió a usar nuevamente máscaras de oxígeno. Una ironía para un buzo profesional que descendía a 100 mts de profundidad”, indicó Gustavo. “Su estado físico era tan óptimo que estuvo alrededor de 10 días respirando como si lo hiciera en un entrenamiento o simplemente dictando una capacitación para sus alumnos”. Rocha falleció el pasado 3 de agosto, una semana después del encuentro con su compañera de vida. 

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