Luego de que durante el siglo pasado, estudios determinaran que el cociente intelectual de la población humana se incrementó alrededor en tres puntos en cada generación, ahora el efecto parece haber entrado en retroceso.
¿Es menor la inteligencia de las nuevas generaciones?
Así, de acuerdo con un estudio del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch en Noruega, ahora la inteligencia de los jóvenes de ese país ha comenzado a descender al menos siete puntos por generación.
Al parecer, esta tendencia negativa comenzó con los nacidos en 1975 que alcanzaron la adultez a principios de los '90. La razón no tendría que ver con cuestiones genéticas sino con factores ambientales, dice el trabajo.
Las posibles razones
Para confeccionar el estudio, se analizaron 730 mil tests de coeficiente intelectual realizados a los jóvenes noruegos que ingresaron en el servicio militar obligatorio desde 1970 a 2009. Así, se determinó que los nacidos en 1991 obtuvieron alrededor de cinco puntos menos que los que nacieron en 1975, y tres puntos menos que aquellos nacidos en 1962.
El estudio analizó 730 mil tests de inteligencia.
Las razones del descenso, de acuerdo con los autores de la investigación, estaría relacionado con los cambios en los sistemas de enseñanza, y en el desplazamiento del hábito de la lectura por la televisión o los dispositivos electrónicos.
"Sin apuntar a una causa definitiva, sugieren que los cambios en la forma en la que se enseñan las matemáticas y los idiomas, o la preferencia por la televisión y los ordenadores a la lectura de libros pueden estar detrás de nuestra actual tendencia a la estupidez", consigna el diario español ABC.
"De todas formas, no es la primera vez que los científicos advierten de esta caída en la inteligencia humana. Dos estudios británicos anteriores ya indicaban que el cociente intelectual había disminuido entre 2,5 y 4,3 puntos por década", agrega el diario.
Sin embargo, los especialistas que llevaron adelante el estudio también aclararon que el concepto de "inteligencia" ha variado profundamente en la era digital, con lo cual las pruebas para determinar el coeficiente quizás ya no funcionen con la misma efectividad para medirla.