"De joven creía en ese concepto que dice que el pueblo nunca se equivoca. Pero se equivocó con Hitler y ahora se equivoca con Macri", dijo Antonio Bonfatti. El ex gobernador de Santa Fe, actual presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe y del Partido Socialista, derrapó.
El Gobierno se lo hizo saber con vehemencia. Sucedió durante un acto del Frente Progresista, la fuerza que gobierna la provincia y que sin embargo salió tercera en las últimas PASO, debajo del peronismo (unificado en la provincia) y de Cambiemos.
"Mi más profundo repudio a las declaraciones de Bonfatti. Reflejan un desprecio por la memoria de la Shoá y por el pueblo argentino", tuiteó el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Luego agregó: "Esperamos su retractación y un repudio del gobernador Lifschitz y de todo el Frente Progresista".
El ministro de Medio Ambiente, el rabino Sergio Bergman, también respondió con dureza a Bonfatti. Bergman definió a Bonfatti como "un salvaje que banaliza la Shoá".
"Estamos en un momento de enorme retroceso, y lo penoso es que pareciera que no aprendemos, que tropezamos dos veces con la misma piedra, porque esta política económica ya la vivimos en los 90", había dicho antes el presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe.
Más allá del enojo de Marcos Peña y el rabino Bergman, no es este el primer derrape de un político argentino en relación con el Holocausto, y el propio Gobierno tiene un par en su haber.
Cuando todavía era ministro de Educación,Esteban Bullrich dijo algo livianamente (y nada menos que en Holanda) que Anna Frank fue "víctima de una dirigencia que no supo unir". Y el secretario de la Juventud, Pedro Robledo, sentó en una mesa en Casa de Gobierno junto al propio Peña y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, a dos dirigentes del partido neonazi Bandera Vecinal.