Un hombre que prestaba servicios desde hacía nueve años como médico legista de la Policía de Tucumán fue separado de su cargo y sometido a una causa penal tras descubrirse que utilizaba la matrícula de un profesional fallecido.
La información fue confirmada por fuentes del ministerio de Seguridad de la provincia, y según explicaron, el caso fue descubierto después de que la titular de cartera, Rossana Chahla, se diera cuenta de que había algo extraño en el supuesto médico.
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De este modo, se inició una investigación para determinar si las dudas eran ciertas, y finalmente en los últimos días la Dirección de Fiscalización del Sistema Provincial de Salud (Sirposa) comprobó que Gustavo Figueroa fraguó toda la documentación con la que logró ingresar a la fuerza policial, ya que utilizó durante nueve años la matrícula de un médico fallecido.
Con una consulta a la Universidad Nacional de Tucumán, donde supuestamente había estudiado el profesional, se pudo determinar que no se había recibido en la institución.
“Luego de formular la denuncia en el Ministerio Público Fiscal se lo pasó a disponibilidad y ahora está bajo situación procesal de la Justicia”, confirmó el ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley, quien además aclaró que el acusado está en libertad, y que permanecerá así hasta que comience el proceso en su contra.
En su Facebook, el sospechoso se describía a si mismo como médico, abocado al tratamiento de diabetes y males cardiológicos, y propietario de una clínica llamada Centro Integral Médico del Este.
Figueroa prestaba servicios desde hacía nueve años en la Unidad Regional Sur de la Policía local, ya que se vivía en Concepción, ciudad ubicada a unos 80 kilómetros al sur de la capital provincial.