15 Abril de 2017 18:07
Mauricio Macri fue insultado por vecinos de Tandil cuando recorrió el centro de su ciudad natal junto a Antonia. "¡Respetá la Constitución!", "¡pará la mano!", y "ponete a laburar", fueron las exigencias de algunos que se mezclaron con el "¡no aflojes!" de apoyo de otros, que eran los más.
El presidente sufrió ese mal trago, hecho público por el Diario El Eco, cuando circulaba por la calle General Belgrano a la altura de la Plaza Independencia tras haber salido de la Iglesia del Santísimo Sacramento.
Macri, junto al Lunghi y Troncoso en Tandil.
Minutos antes, se había reunido allí con el jefe comunal Miguel Ángel Lunghi y el padre Raúl Troncoso. Y, por eso, comentó entre risas: "Me llevo tarea para el hogar porque me pidieron algunas cosas".
El presidente, junto a su madre Alicia Blanco Villegas.
El jefe de Estado, quien nació el 8 de febrero de 1959 en la ciudad ubicada a 350 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, aprovechó la ocasión para visitar la casa de su abuela Argentina Cinque de Blanco Villegas.
Como todos los 6 de enero -recordó el propio presidente en una entrevista-, la abuela se encargaba de tener todo listo para la llegada de los Reyes Magos. Los nietos sólo debían colocar sus zapatos.
Ésta es la casa de la abuela de Macri.
Pero, una vez, Argentina sorprendió a todos: cuando los pequeños despertaron, se encontraron con un tractor. Ellos no sabían a quién le correspondía el original regalo. Ella, pícara, les respondió: “No hay forma de llevarlo a Buenos Aires, pero todos pueden usarlo cuando vuelvan a visitarme”.
Argentina ya no está en este mundo, pero Mauricio volvió a su casa para revelarle a Antonia un gran secreto: "La siesta, ritual obligatorio para mi abuela, hace bien a la digestión". Y, de paso, fue una manera de olvidar el mal trago.