Fernando Ríos dueño de tres casas de comida en Tucumán (tienda de frutas y verduras Muña Muña, un restaurant vegetariano que funciona en el mismo sitio y, a la par, El Árbol de Galeano) y creó la “heladera social”. De esta manera, en lugar de arrojar la comida que sobre a la basura, la coloca en una heladera en la calle para que las personas que no pueden pagar puedan retirarla de manera gratuita Por las dudas, aclara que no se refiere a las llamadas “sobras” sino a lo que los clientes no probaron (por algún error en el pedido) y a los excedentes (la comida que se preparó, pero no se vendió).
Los alimentos no se tiran: Ríos lo tiene claro y por eso mismo creó una iniciativa solidaria para que ninguna persona en situación de calle se vaya a dormir con hambre.
La “heladera social”, al lado del local de Fernando.
Un nene buscando comida en la basura le abrió los ojos
Desde que comenzó a trabajar en el ambiente de la gastronomía, Fernando siempre pensó en realizar esta iniciativa. Es que siempre que debía arrojar la comida al tacho, él se sentía mal. Pero un día una imagen lo “destruyó” y así fue que terminó de “abrir los ojos”.
“Hace dos meses, pusieron un contenedor de basura frente al local, de esos grandes. Una noche estábamos mirándolo, pensando en toda la comida que iba a parar ahí, cuando llegó una familia tirando un carro y el papá metió al nene a buscar comida”, contó indignado el dueño de los locales a Periodicomovil.
A pesar de que su decisión parece sencilla, tiene sus complejidades: su abogado siempre le aconsejó que no la concretara, ya que la idea podía traerle más problemas que gratificaciones, pero no le hizo caso.
Cómo funciona la “heladera social”
La heladera fue colocada fuera del local, en una puerta de servicio que queda a la par de la entrada principal. De esta manera, las personas que necesitan comer pueden retirar los alimentos que ofrece Fernando.
El proyecto solidario para ayudar a los que menos tienen.
La gente también ayuda
La revolucionó a a ciudad de San Miguel. Cuando los tucumanos se enteraron de este “plan”, se movilizaron para ayudar a Fernando.
“Una señora fue a comprar verdura y cuando salió, sin decir nada, la puso en la heladera. La compró para eso. Una pareja de novios que se estaba por casar, pidió al salón de fiestas que donara todo el excedente al proyecto. Una panadería nos brindó todo el pan que no vendió”, contó el dueño de los locales.
¿Cómo se distribuye la comida?
La comida es depositada en la heladera en porciones individuales, en un envase descartable y envuelta en un papel film. La heladera se llena y se vacía varias veces por día, lo que deja en evidencia, por un lado las ganas de ayudar, y por el otro, la necesidad.