El vínculo entre la industria farmacéutica y los médicos siempre estuvo bajo sospecha. Las supuestas incentivaciones de parte de los laboratorios pusieron en la mira una relación que puede atentar contra los intereses de los pacientes o, peor aún, su salud.
Hasta hoy, una pregunta parecía no tener respuesta: ¿El médico receta el medicamente porque es la mejor opción para el paciente o por un posible acuerdo con el fabricante del producto?
Ahora un proyecto de ley “blanqueó” los sobornos que los profesionales obtienen de las empresas y parece haber dado vía libre a esta práctica cuestionable.
El vínculo entre los laboratorios y los médicos, en la mira.
La Legislatura porteña aprobó la iniciativa denominada “Ley para la publicidad de beneficios o premios a los médicos”, la cual “sincera” estas prácticas oscuras que ponen en la mira a los laboratorios y los médicos. Se trata de un proyecto a través del cual se obligará a las empresas farmacéuticas a informar cada vez que otorguen incentivos a los médicos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Datos que luego serán de público conocimiento.
La ley, presentada por la legisladora Graciela Ocaña, establece que “los fabricantes, importadores y distribuidores de productos médicos, biológicos y farmacéuticos que otorguen incentivos con el objetivo de incentivar de forma directa o indirecta al médico a deberán informar dicha situación a la autoridad sanitaria local a efectos de darle la debida publicidad”.
Los pacientes podrán conocer qué médicos recibieron incentivaciones.
Tras su aprobación, la polémica no se hizo esperar. Es que al intentar “blanquear” estas prácticas, el proyecto da por hecho que existen y en ninguno de sus artículos intenta prohibirlas.
En ese sentido, la iniciativa entiende como tal a los pagos en efectivo, por honorarios profesionales o destinados a solventar cualquier actividad de formación profesional, e incluye pagos destinados a solventar gastos de viajes y entrega de pasajes, hospedajes, gastos de representación, comidas, etc.
El proyecto incluye a los ya conocidos congresos médicos.
En diálogo con BigBang, Ocaña aseguró que la ley busca “transparentar” el sistema, el cual catalogó como “corrupto”. “Creemos que el paciente tiene derecho a saber si el médico recibe incentivos de los laboratorios”, explicó la legisladora porteña.
Ocaña denuncia que estos incentivos luego se trasladan al precio final del medicamento. “Los pacientes cuando pagan un medicamento también pagan al visitador médico, a los viajes del médico, y todos los incentivos”.
Ocaña impulsó el proyecto para "blanquear" los incentivos.
Sin embargo, en ninguno de los artículos del proyecto -que en sus líneas define esta situación como prácticas espurias- se otorga una solución concreta para poner fin a los incentivos, ni castigos para quienes los lleven adelante.
A pesar de que la iniciativa brindará mayores datos a la ciudadanía, algunos legisladores que desistieron de apoyar la medida creen que es una forma elegante de “legalizar” la coima.
“Ahora los laboratorios van a poder incentivar a los médicos y sólo van a tener que informarlo. Se da por entendido que el problema existe y no se hace nada”, aseguró un legislador que pidió reserva.
El proyecto reconoce el pago de sobornos a médicos.
En la vereda de enfrente, la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (APM) rechazó la medida y explicó que el proyecto los expone ante la sociedad. “Quedamos como unos coimeros”, explicó a este sitio Ricardo Peidro, Secretario General de AAPM.
“Buscamos que la promoción sea por carriles éticos, y sabemos que los incentivos degradan nuestra profesión y atentan contra la salud de la gente”, sostiene Peidro, y agrega que el proyecto no tiene ningún sentido.
“En los fundamentos de la ley ellos mismos dicen que son prácticas espurias y no hacen nada, sólo lo blanquean”, sostuvo antes de apuntar hacia los médicos. “Ellos tienen prácticas muy oscuras y no sé dónde dejan su ética”, sostiene.
Peidro cuestionó el proyecto y dijo que los deja como "unos coimeros".
Es que el rol de los profesionales de la medicina también queda en el foco de la tormenta. Aunque existen excepciones, muchos de ellos forman parte del sistema que Ocaña denuncia. Además, aquellos que recetan productos a cambio del beneficio propio, también dejan en la puerta del consultorio sus valores éticos. Aunque esa será una discusión que, por ahora, dirimirá cada uno de los médicos con su almohada.
Una vez reglamentada la medida comenzará a tener vigencia en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, y todos los meses, los laboratorios deberán informar al ministerio de Salud porteño los gastos destinados a los supuestos “incentivos” a los médicos. Aunque no se descarta que la medida se extienda a todo el país.