La interna por la gobernación de la provincia de Buenos Aires sumó un inesperado episodio. Chicha Mariani, fundadora y segunda presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, mostró esta tarde su disgusto por las declaraciones de Aníbal Fernández contra su competidor Julián Domínguez.
El jefe de Gabinete, criticó Mariani en un comunicado, “banaliza dolorosos símbolos del terrorismo de Estado” para descalificar al presidente de la Cámara de Diputados, “de probada conducta ética, solidaria y transparente”. La militante por los Derechos Humanos pidió que Fernández revea este tipo de comentarios y
-para prevenir futuros disgustos- exigió que el resto de los candidatos “se manifiesten en favor de continuar el camino del respeto a la memoria, la construcción de la verdad y la efectiva realización de la Justicia”.
El 25 de mayo, Domínguez se había comparado con su rival de las PASO con esta curiosa analogía: “Él para responder es un Fórmula Uno y yo soy un Ford Falcon. Pero el Falcon va por tierra, en ruta y no te deja nunca. Lo arreglás con alambre y sale”. Fiel a su estilo, Fernández se ocupó de subir la tensión: “El Falcon me hace acordar a los Falcon verdes. Que yo soy un Fórmula Uno, no tengo duda”.
Chicha Mariani con la foto de su nieta, Clara Anahí.
DEFENSA DE LOS DD. HH.
A pesar del cruce, el jefe de Gabinete mostró en distintas oportunidades su cercanía con los organismos de Derechos Humanos. En noviembre de 2013, Hebe de Bonafini había entregado al entonces senador nacional el Pañuelo Blanco de las Madres, que significaba “el abrazo de nuestros hijos a quien los representa muy bien”.
Ese día, lejos de la contienda electoral, Fernández había afirmado su pertenencia a “un proyecto político que reivindica a los Hijos” y que “del mismo modo que lo hacen las Madres, mira hacia los vulnerables y trata que los poderosos no sean más poderosos”.
En marzo de este año, Domínguez había seguido la misma línea. “Quienes integramos este proyecto político tenemos la firme convicción de convertir los Derechos Humanos en una política de Estado”, aclaró entonces. “La ciudadanía exige saber si, en caso de acceder al poder, continuarán con el impulso a los juicios o intentarán detenerlos bajo diferentes pretextos”.