El Vaticano difundió este martes las primeras imágenes del féretro de Francisco, el papa argentino que marcó una era en la Iglesia Católica y en el mundo. El cuerpo del pontífice, fallecido durante la madrugada del lunes a los 88 años a causa de un ictus cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), descansa en la Capilla de Santa Marta en un simple ataúd de madera, sin ornamentos ni el tradicional catafalco. Viste sotana blanca, casulla roja, mitra y sostiene un rosario entre las manos. Dos guardias suizos custodian el recinto en silencio, mientras el mundo comienza a despedir al primer papa latinoamericano de la historia.

La Oficina de Prensa del Vaticano anunció que el miércoles 23 de abril, a las 9 de la mañana (hora de Roma), se realizará el traslado del féretro hacia la Basílica de San Pedro. Allí, a partir de las 10, comenzará la Misa exequial en el primer día del Novendiali, el tradicional período de nueve días de luto por la muerte del pontífice. La ceremonia estará encabezada por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y contará con la presencia de jefes de Estado y autoridades eclesiásticas de todo el mundo.
Entre los mandatarios confirmados se encuentran el presidente argentino Javier Milei, el estadounidense Donald Trump junto a su esposa Melania, el francés Emmanuel Macron y el ucraniano Volodimir Zelenski. El presidente ruso, Vladimir Putin, en cambio, no prevé asistir al funeral, según indicaron voceros del Kremlin. A diferencia de sus predecesores, Francisco eligió un destino diferente para su descanso final.
Devoto de la Virgen María, pidió en su testamento espiritual ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, en un nicho en el suelo, con un sepulcro sin decoraciones, donde solo figure la inscripción: Franciscus. Su decisión rompe con la tradición de los tres ataúdes (ciprés, plomo y roble) y reafirma su estilo austero y su voluntad de acercarse a los más humildes.
El testamento fue escrito el 29 de junio de 2022, cuando el papa ya intuía el ocaso de su vida terrena. "Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor", dejó escrito. Y agregó: "El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos".
Mientras Roma se prepara para el multitudinario funeral -se esperan más de medio millón de fieles-, en Buenos Aires se desplegó un operativo de seguridad especial en torno a los lugares que marcaron la vida de Jorge Bergoglio. La Policía de la Ciudad y la Federal reforzaron la vigilancia en la Iglesia de San José de Flores, la Catedral Metropolitana y las viviendas que el papa habitó en el barrio de Flores. Además, se prevén homenajes y concentraciones en el Obelisco.
Francisco, apodado por muchos como el papa de los últimos, dejó un legado que trasciende las fronteras del catolicismo. Su papado estuvo marcado por la defensa de los migrantes, el compromiso con la ecología, la promoción del diálogo interreligioso y la apertura hacia los laicos y las mujeres dentro de la Iglesia. También encabezó una lucha firme contra los abusos, promoviendo reformas internas que despertaron tensiones con los sectores conservadores del Vaticano.
Incluso, tras su muerte varios medios italianos titularon: "El papa de los últimos". Y no es casual. Con un estilo sencillo, un lenguaje directo y una preocupación constante por los más vulnerables, Jorge Mario Bergoglio forjó un papado que quedará en la historia. Desde mañana, el mundo comenzará a despedirlo en la basílica que lo vio hablar por última vez este mismo mes, en la misa del Domingo de Resurrección. "Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos", concluyó el testamento.