23 Febrero de 2021 20:00
Mientras comienza la etapa de vacunación contra el coronavirus para adultos mayores de 80 años en la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno de la Provincia continúa con la inoculación a mayores de 70, los expertos sostienen que los adultos mayores deben continuar tomando precauciones contra el virus durante al menos aunque ya estén vacunados.
“Debemos mantener los cuidados ya que el hecho de que el virus deje de circular totalmente es difícil porque se contagia mucho y las vacunas no son 100% eficaces”, señaló al respecto Viviana Rodríguez, infectóloga del Hospital Alemán, en diálogo con Clarín.
Según se estima, toda la población de riesgo estará vacunada entre los meses de agosto y septiembre. Y si bien esto contribuye al control de los brotes, se debe continuar con prácticas como el uso correcto de barbijo, la higiene de manos y el distanciamiento social.
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De acuerdo a la especialista, esto será lo que va a "mantener los niveles de contagio bajos, con o sin vacuna". Además aclaró que "no significa encierro, sino un año y un poco más de cuidado".
"En las curvas epidemiológicas han sido más bajas la cantidad de personas mayores de 60 años que tienen la enfermedad que los que están en edad activa", agregó apuntando que durante el rebrote "la mediana edad ha sido más baja que en la primera ola".
Al mismo tiempo, la tasa de letalidad no cambió durante la primera ola y el rebrote lo cual, para Rodríguez, significa que "los adultos mayores tienen conductas más cuidadas y en proporción a la población más productiva, parecen contagiarse menos".
La gerontóloga y comunicadora social Sol Rodríguez agregó en ese sentido que "las personas mayores son muy conscientes del cuidado y de la magnitud de la pandemia, a la vez que son autónomas con poder de decisión sobre su vida".
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Un estudio llevado a cabo por la Facultad de Psicología de la UBA consultó a adultos mayores en cuarentena sobre las sensaciones de miedo. El 38,5% respondió que no sentía "nada" y el 51,2% señaló sentir "poco"; al tiempo que aumentó el desarrollo de la paciencia y la tolerancia.
"Todo esto muestra que, más allá de tener más pérdidas biológicas, psicológicas y sociales, el nivel de bienestar suele ser alto", remarca el estudio.
