21 Febrero de 2017 05:40
Selvas, montaña o playas pero a solas. El estilo de "vacaciones aislados" crece entre las opciones más elegidas por los turistas.
El deseo de vacacionar con el fin de descansar prioriza a nivel local. Sin el asedio de los niños y los grupos de veraneantes más ruidosos a la vista, las posibilidades de descanso se vuelven más atractivas.
Tomar sol solo y disfrutar del silencio.
Cuando se busca un destino fuera del país las opciones de recorrer lugares paradisiacos y desprovistos de la masa turista.
Las islas paraíso como Bahamas, Saint Martín, Aruba, San Andrés son algunas de las más visitadas por los argentinos que buscan silencio y la potencia visual de los paisajes. Lo mismo sucede con más frecuencia en el territorio nacional.
Isla San Martín, el destino elegido en el exterior para estar aislado.
Las costas que bordean la provincia de Buenos Aires son conocidas por estar repletas de familias con niños constructores de castillos de arena, y vendedores ambulantes que pasean por la playa ofertando a los gritos churros, pochoclo, y panchos. Pero también tienen sus "rincones" para los que quieren liberar la mente de las tensiones del año.
Descansar lejos de todo.
Entre ellos, la zona de playas vírgenes de Cariló es un lugar ideal. La arena es suave y está libre de lonas y carpas. Es justa para los que quieran pasear con sus cuatriciclos o camionetas 4x4. Se puede encontrar pasando la frontera de Cariló con orientación hacia Villa Gesell.
En médanos lejanos, se observan grupos de amigos o parejas solitarias que disfrutan de mantenerse distendidos. Cada uno lleva todo lo necesario para pasar el día ya que en ese lugar no hay comercios cerca ni vendedores ambulantes.
"El silencio es grato y charlar sin ruidos alrededor también", define Mauro Socca mientras descansa luego de haber nadado en un mar inmenso y dispuesto para él. La soledad del lugar es tal que los carteles advierten que no hay bañero ni socorristas vigilando a los bañistas.
Otra área similar es la frontera de Pinamar, donde hay un conjunto de bosques donde se pueden refugiar los amantes del verde.
Frontera de Cariló. Los que eligen irse en medio de la nada.
Y a unos kilómetros se ubica Más allá, un parador que comenzó dedicado para motoqueros que llegaban a toda velocidad para poder hacer piruetas y maniobras, pero con el tiempo pasó a ser en un destino elegido por familias y jóvenes deseosos de una playa tranquila.
En Más Allá cuenta con un restaurante de fondues de quesos y pierrades -una piedra caliente que se coloca sobre la mesa y viene acompañada por unas tabla de carne, pollo, carne vacuna y otras que incluyen verduras-. Cada comensal cocina sobre la piedra lo que desee comer y lo puede combinar con salsas.
Elegir un médano y quedarse ahí.
Es cuestión de imaginarlo para desear estar ahí: un almuerzo al sol o bien de noche, con un conjunto de velas en una mesa hexagonal de madera frente al mar.
También para los que desean alejarse un poco más, sobran las opciones en las provincias de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fé, por ser las más elegidas por los porteños para salir cambiar la vista del cemento de la ciudad.