El anuncio de la interrupción de las pruebas de la vacuna de Oxford generó desconsuelo a nivel mundial. En efecto, el laboratorio AstraZeneca y el instituto Jenner de la Universidad de Oxford decidieron pausar la fase 3 de las pruebas de su vacuna, denominada AZD 1222, luego de encontrar “posibles reacciones adversas” en un paciente del estudio en el Reino Unido.
Tras la confirmación de la noticia, el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, llevó tranquilidad a la sociedad internacional, que sigue atenta los avances de todas las vacunas que se encuentran en desarrollo en el mundo. "Obviamente un desafío para esta particular vacuna. En realidad no es la primera vez que esto le ha pasado a la vacuna de Oxford y es un proceso normal en los ensayos clínicos”, precisó en declaraciones a SkyNews.
El New York Times fue el único medio que confirmó que las "reacciones adversas" que frenaron el estudio clínico son, en realidad, una enfermedad conocida como "mielitis transversa". El diario estadounidense aclaró que la aparición de la misma en uno de los 30 mil voluntarios no es indicador de que haya sido como consecuencia de la recepción de la dosis experimental. Eso es lo que están investigando hoy los científicos que llevan adelante el ensayo clínico.
"A menudo daña el material aislante que cubre las fibras de las células nerviosas e interrumpe los mensajes que los nervios de la médula espinal envían a todo el cuerpo. Esto puede causar dolor, debilidad muscular, parálisis, problemas sensoriales o disfunción de la vejiga y del intestinto", explican desde la Clínica Mayo de Estados Unidos.