12 Julio de 2020 15:25
En las próximas horas, Alberto Fernández definirá junto a Axel Kicillof y a Horacio Rodríguez Larreta la nueva fase de aislamiento a la que entrará el AMBA. El proceso de reapertura, impulsado por el Gobiero porteño, incluirá a uno de los sectores más golpeados por la pandemia: las peluquerías.
En línea con los protocolos que publicó la semana pasada BigBang, el Ministerio de Desarrollo Económico porteño trabaja en estas horas en cómo será la reapertura de las peluquerías. Según confirmó el diario La Nación, las medidas de seguridad afectarán tanto al cliente, como a los propios peluqueros. A continuación, los puntos destacados del proyecto:
Se deberá sacar turno previo, para evitar la aglomeración y circulación de gente tanto en el local, como en la calle. Se permitirá un cliente por cada 15 metros cuadrados de local, de modo que se pueda respetar una distancia social de al menos 1,5 metros. Sólo se podrá ofrecer agua en botella y quedarán prohibidos los dispensers; así como los cafés y otro tipos de bebidas y alimentos. Los tapados de los clientes serán cubiertos por un nylon.Además, el protocolo dispone que habrá que mantener la distancia de 1,5 metros también entre los lava cabezas; al tiempo que los peluqueros deberán cambiarse la ropa dentro del local y tendrán prohibido atender con las prendas que hayan usado en la calle.
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El peluquero también deberá usar su propio kit de tijeras, peinas y máquinas; que deberá ser sanitizado al momento de comenzar a atender a cada cliente. Se recomienda, como era esperable, el uso de materiales descartables.
Las toallas, por ejemplo, deberán ser colocadas en bolsas de plástico y sólo podrán ser utilizadas en una oportunidad. Además, el local deberá garantizar un proveedor del servicio de lavandería para poder reabrir sus puertas.
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¿Habrá tiempo para todos? Al momento, el proyecto propone la apertura a las once de la mañana y el cierre a las nueve de la noche. Pese al amplio margen de atención, se espera una fuerte programación de turnos dado que, en su mayoría, los clientes llevan más de cien días sin poder cortarse el pelo o teñirse.