En la noche del lunes, la localidad de Claromecó fue escenario de un escándalo cuando los vecinos escracharon a Augusto Lemble, hijo de un fiscal, quien había regresado desde Brasil y se aprestaba a cumplir la cuarentena.
El pueblo tiene sus accesos cerrados desde el jueves luego de la aparición de un caso de coronavirus, por lo cual nadie puede entrar o salir. Sin embargo, Lemble tenía un permiso expedido por Migraciones para trasladarse hasta allí, donde su familia tiene una casa.
Al llegar al control policial, se le permitió el ingreso luego de que su padre, el fiscal provincial Carlos Lemble, se comunicara con el ministerio de Seguridad. Augusto se dirigió a su casa escoltado por un patrullero y acompañado por el jefe de la Policía Comunal, pero el delegado municipal Carlos Ávila intento impedírselo sin éxito.
Estallido
La renuncia de Ávila frente al intendente Carlos Sánchez, aduciendo "no poder cumplir con el compromiso asumido de defender y cuidar" al pueblo generó la indignación de los vecinos hacia Lemble.
Así, luego de una convocatoria a través de redes sociales, se concentraron en la noche del lunes frente a la casa violando ellos mismos la cuarentena. Allí, exigieron con gritos e insultos que el recién llegado abandonara el pueblo. Finalmente, lo lograron.
"Esas personas que estaban ahí violaron la cuarentena y se pusieron en riesgo ellos mismos. Lamentablemente me pusieron en riesgo a mí y pensaron que sus vidas valían más que la mía. Las leyes son iguales para todos y todas nuestras vidas valen lo mismo", expresó Lemble en un audio reproducido por Clarín.
"Así pretende esta sociedad luchar contra esta pandemia. Después hablan de solidaridad, de cuidarse y cuidar al otro" De usar barbijo y mantener distanciamiento social. De no discriminar. Todo mentira parece", se lamentó su padre, quien mostró en medios locales el certificado expedido por la Dirección Nacional de Migraciones donde figuraba anotada a mano la dirección de la casa de Claromecó como residencia de su hijo durante la cuarentena.