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Verduras con tarjeta y leche callejera: los nuevos rebusques para ahorrar

A la estrategia del pago en cuotas de los productos de primera necesidad se suman las frutas y verduras. Además, comenzó el negocio de lácteos en la vía pública a mitad de precio.

12 Mayo de 2016 07:02
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Primero fue la carne vacuna y el pollo, y ahora se suman a la financiación en cuotas de verduras y frutas. Para afrontar el contexto inflacionario distintas carnicerias decidieron vender en cuotas sin interés. Ahora se suman las verdulerías: recurren a la tarjeta de crédito y las cuotas para brindar una posibilidad más para que los clientes accedan a productos de primera necesidad sin que esto les impida llegar a fin de mes. 

Para armar un buen puchero, ahora hace falta la tarjeta de crédito.

Según publica Crónica, en el barrio de Villa Crespo, se concentran un grupo de personas que esperan ser atendidos. Saben que podrán abonar hasta en tres cuotas sin interés con tarjeta de crédito o incluso no utilizar efectivo, sino débito.

“Es una posibilidad más de pago que le damos a la gente, que quizás no tiene la plata en el bolsillo y sí cuenta con la tarjeta de crédito. Así tiene la posibilidad de comprar en ese momento”, cuenta en la nota el dueño del comercio, Santiago Lobosco.

El comercio abrió la verdulería se instaló hace dos meses en la ciudad de Buenos Aires, aunque ya contaba con un puesto en el Mercado Central y otros comercios en la zona oeste del conurbano bonaerense.

“En Capital casi desde el comienzo que estamos con este sistema de tarjeta de crédito. Después se agregaron las tres cuotas sin interés y, por último, agregamos los sábados descuentos muy grandes”, relata Lobosco.

LA LECHE CASI REGALADA

También apareció una posibilidad de comprar lácteos a mitad de precio, pero sin la seguridad de que se respete la cadena de frío. En cajas forradas con telgopor, se ofrecen envases de leche, manteca y yogurt de una segunda marca en distintas plazas del conurbano y el precio es por demás tentador: $ 8 Litro de leche. Los clientes celebran pero no deja de ser una venta callejera, es decir, sin controles. En los supermercados el litro de leche tiene un costo que arranca en los 15 pesos y la diferencia es más seductora que el análisis de los riesgos que se corren en consumir alimentos de este tipo en mal estado.

La venta callejera de productos lácteos abarata los costos, pero no garantiza la cadena de frío.

Tal como publica Diario Popular, Rubén Manusovich, titular de Fedecámaras, explicó que "por la crisis económica, con aumentos de precios a un nivel dramático, calculamos que 3 de cada 10 consumidores están eligiendo comprar lácteos en el mercado informal, y es la forma que tiene el pueblo de mantener la calidad de vida, aún cuando no tengan la certeza de que los productos están en buen estado".

"Compro leche para toda la semana", dice una mujer y no se mostró preocupada por las condiciones de seguridad de los productos pero celebra que de esta manera logra amortizar los gastos y distribuir sus ingresos durante el mes. 

PLAN DE AHORRO: CARNE EN CUOTAS

El aumento del 50% que registró la carne en los últimos meses, no sólo modificó los hábitos de consumo de los argentinos. También agudizó la capacidad de venta de las carnicerías, que debieron ingeniárselas para seguir subsistiendo. Así, la venta de carne en cuotas y con tarjeta de crédito comienza a marcar tendencia en los negocios barriales.

Cuando la carne comenzó su escalera hacia los precios que hoy se registran, el Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, reconoció: “El Gobierno no puede controlar carnicería por carnicería el precio de la carne vacuna” y pidió a los consumidores que si se tienen que abstener de consumir ese alimento "lo hagan para forjar una baja en los precios”. Frente a esta iniciativa, las carnicerías buscaron hacerle frente a los precios y a la caída del consumo con propuestas de valor agregado.

A las tarjetas de crédito se suman tarjetas de beneficios para acumular descuentos; y promociones semanales para estimular la compra de cortes más baratos y no perder clientes "carnívoros".

La cadena de carnicerías RES es una de las pica en punta con esta tendencia. En sus locales se ofrecen pago con tarjeta Visa y hasta tres cuotas sin interés. "El 70% de las compras que realiza los clientes las hacen con tarjeta de crédito", cuenta un carnicero del barrio de Villa Devoto. "Esta tendencia se incrementó en los últimos meses, donde las compras en efectivo se redujeron al 30 por ciento".

Carnicería

Las carnicerías adoptan estrategias de "fidelización" para mantener a sus clientes.

Si bien las carnicerías de los grandes supermercados ya permitían las compras financiadas, esta variante no había llegado a los pequeños comercios barriales. Es así que esta modalidad se suma a la larga lista de formas de adaptarse que buscan los argentinos para sobrevivir a la coyuntura económica.

Otro artilugio que comenzaron a aplicar carnicerías y avícolas son las tarjetas de fidelización. Tal el caso de Avimas, la empresa productora y comercializadora de carne avícola y porcina. Su programa de beneficios busca "premiar" los consumos en cualquiera de las sucursales de la firma. Así, descuentos, ofertas y beneficios se aplican al momento de la compra.

Avícola

Los programas de beneficios buscan atraer consumidores con descuentos.

Entre otras prácticas que ya se están haciendo habituales se encuentran las promociones semanales, donde según el día se promueven los cortes más económicos o se estimula el consumo de los productos premium. Las carnicerías proponen el armado de combos, donde se arman un presupuesto básico para una compra semanal.

Juan es propietario de una carnicería de Villa Pueyrredón. La experiencia lo fue llevando a adaptar sus necesidades económicas a las de sus clientes. Así armó combos que combinan "oportunidades" con algún corte un poco más caro. "Las elecciones se van modificando acorde a lo que veo que buscan los consumidores. Si los precios lo permiten se puede armar una buena oferta", destaca.

De este modo, la carnicería mantiene su clientela, aunque disminuyan la cantidad y el valor de sus compras.

Las promociones son una estrategia ya habitual en los carnicerías barriales.

Los elevados precios de la carne hacen que hoy sean necesarios unos $ 1.000 para preparar un asado para ocho personas, lo que equivale al 15% del salario básico.

Los carniceros coinciden en que fue imposible no llevar al mostrador la suba que se produjo entre noviembre y diciembre últimos. “El asado que costaba $80 el kilo, cuesta ahora $ 120; el vacío antes costaba $90 el kilo y ahora $ 130. En cuanto a la res, el kilo de ternero salía $ 45 y ahora, $ 65”, indicaron fuentes del sector.

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