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Vergüenza: suspenden clases en colegio para autistas porque juega Almirante Brown

Se trata de la escuela San Martín de Porres, a la que concurren niños y adolescentes con Trastornos del Espectro Autista (TEA). Por 18a  vez, deberá suspender las clases. Miedo a las barras.

21 Abril de 2017 07:34
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La escuela San Martín de Porres, la única para alumnos con Trastornos del Espectro Autista (TEA) de la provincia de Buenos Aires, deberá volver a suspender sus clases mañana por otro partido de Almirante Brown, hecho que le sucede por 18° vez en tres años.

La escuela San Martín de Porres deberá suspender clases por el miedo a los barras.

La interrupción de la jornada se debe al operativo de prevención por los barrabravas que asisten a los encuentros del club en el estadio "Fragata Presidente Sarmiento", situado a 300 metros del colegio.

La barra de Almirante Brown, en pleno partido. La escuela queda a tres cuadras del estadio. 

"La Policía nos obliga a no abrir el establecimiento. Como el operativo de seguridad empieza cuatro horas antes del partido, y el encuentro es a las 14.05, el instituto sólo podría desarrollar sus actividades por una hora, de 9 a 10", explicó Claudio Hunter Watts, psicólogo y coordinador terapéutico del San Martín de Porres.

"A la escuela vienen unos 380 niños y adolescentes que padecen TEA, como trastornos obsesivos compulsivos y síndrome de Tourette, entre otras conductas. Son chicos que se ponen muy nerviosos cuando no pueden venir al colegio y cuyos padres nos dijeron que, en ocasiones, han tenido crisis autolesivas por el estrés que les produce el no poder venir a clases", expresó el coordinador de la institución.

Claudio Hunter Watts (der), coordinador terapéutico de la escuela. 

Según Watts, antes de 2014 los partidos eran los fines de semana y fuera del horario laboral, pero luego cambiaron los horarios por cuestiones de la televisación. Desde 2016, tanto directivos como padres de los chicos envían notas a la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) y a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para reclamar que suspendan la programación de los encuentros del club en días hábiles y horarios vespertinos, pero nunca recibieron una respuesta.

"Jamás contestaron o acusaron recibo de las cartas. Evidentemente, Aprevide y AFA están más interesadas en los negocios del fútbol que la educación y tratamiento de personas con autismo", se lamentó Watts.

El colegio envió notas a la AFA, pero nunca recibió respuesta. 

Desde hace años que el colegio tiene su cupo completo. El 75 por ciento de los alumnos son menores de 18 años, mientras que el resto son mayores de edad de hasta 30 años que asisten a un programa de transición de la vida adulta. "Nosotros trabajamos con una serie de técnicas para prevenir la situación de crisis, pero si el chico no tiene una regularidad, lo afecta. El calendario es importantísimo para nosotros", afirmó.

Las personas que padecen TEA tienen, entre otros, dificultades para empatizar con terceros; comportamientos estereotipados, como conductas autolesilvas; hiperselectividad alimenticia; o dificultades para mantener juegos. 

A la escuela concurren 380 niños y adolescentes que padecen TEA. 

"Primero tuvimos reuniones con las autoridades municipales, pero nos derivaron con la AFA y no tuvimos respuesta. Hemos tratado de evitar esta programación junto con las autoridades del club, que también se perjudican con el fixture, pero tampoco conseguimos algo", cerró.

El San Martín de Porres desarrolla sus actividades de lunes a viernes de 9 a 16.30 en la localidad de Isidro Casanova, en Estocolmo 2400, entre Sarrachaga y Lescano.

Vale recordar que hay numerosos antecedentes de violencia cuando Almirante Brown juega de local. El 6 de noviembre de 2014 cuando, antes de un partido con Estudiantes de Buenos Aires, dos grupos antagónicos de la misma hinchada se enfrentaron a tiros. Hubo un muerto y cinco heridos, entre ellos un niño de cinco años.

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