La historia es inquietante, alarmante por donde se la observe. Ocurrió en la ciudad de Tandil y salió a la luz gracias a un grupo de vecinos que hizo la denuncia. Un empresario, identificado como Gustavo Cardinale, intentó ingresar al country en el que vive con su empleada doméstica dentro del baúl para que el personal de seguridad del barrio cerrado no se diera cuenta que había violado la cuarentena obligatoria.
Todo ocurrió en las puertas del country Sierras del Tandil. Cardinale fue demorado por la Policía luego de que los vecinos denunciaran que había ingresado con su mucama en el baúl. Lo más llamativo es que, al ser descubierto, lanzó una insólita versión: que en verdad la empleada estaba en el asiento de atrás pero que los empleados de seguridad no la habían visto.
Según publicaron medios tandilenses como radio Brisas, Cardinale, un empresario de Tandil, dueño de varias firmas, intentó ingresar al country con su empleada doméstica en el baúl del vehículo, lo que además de ser de por sí un hecho deplorable, constituye un delito, ya que estaba violando la cuarentena obligatoria dispuesta por el presidente Alberto Fernández hasta el 31 de marzo. El decreto es muy específico: el aislamiento social, preventivo y obligatorio debe cumplirse en la vivienda en la que se encontraba el viernes a las 0, cuando entró en vigencia.
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Pero lo más insólito es el descargo que hizo circular Cardinale entre sus allegados horas después de ser notificado por la Policía acerca del incumplimiento. “Vecinos, quiero aclarar el desafortunado incidente ocurrido en horas de la mañana. Yo tengo una empresa de transporte la cual está autorizada a trabajar ya que mi rubro es fundamental para la producción de productos agropecuarios. Para evitar contactos personales, hemos decididos enviar los camiones, los anticipos de dinero y las órdenes vía mail manteniéndonos cada uno desde su casa”.
Y continúa: “Por lo tanto, 8.30 de la mañana ingresamos con una empleada administrativa nuestra sentada en el asiento trasero para evitar contagios. Dicha situación ha llamado la atención de alguien que realizó una denuncia que derivó en la lamentable y ya conocida situación que originó esta errónea noticia publicada en el día de hoy”.
Una vez que arribó la policía, la mujer fue llevada en patrullero hasta su casa para continuar con la cuarentena obligatoria. El empresario no fue detenido, aunque sí fue confinado a su propiedad en el barrio cerrado. Además, le notificaron de la denuncia en su contra por violar el aislamiento. La ley prevé que quieren violen la cuarentena sean alcanzados por los artículos 205 y 239 del Código Penal, que estiman penas de entre seis meses y dos años de cárcel a quienes violen medidas para impedir la introducción o propagación de epidemias.
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Pero eso no fue todo. Cardinale también le envió a sus vecinos una foto de un certificado a nombre de la empleada de la empresa Cardinale SA, y cuenta con un sello de la Policía Bonaerense, donde se señala que la mujer “desempeña labores vinculadas a la actividad agropecuaria, suministro y comercialización de alimentos”, aunque curiosamente el nombre de la empleada no figura en ninguna base de datos comerciales en relación de dependencia con ninguna empresa.Además de ser dueño de la empresa productora de alimentos, Cardinale es propietario de la hormigonera Markal.